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Columna
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Barra libre

La obediencia y el respeto a la autoridad son las primeras virtudes que deben inculcarse a los niños. Los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres. Mientras haya hombres, habrá guerras. Las mujeres necesitan tener hijos para sentirse realizadas. Es más importante el orden público que la libertad política. El empresario y el negociante benefician más a la sociedad que los intelectuales y los artistas.

Y así, hasta el infinito. No se asusten, estas y otras parecidas son preguntas típicas de test o escalas psicológicas para medir el conservadurismo, autoritarismo, intolerancia, participación y varias docenas más de actitudes sociales. Pero también podrían ser ideas para una segunda parte del ya famoso vídeo del PSOE. Claro que en los test aparece también el otro extremo de cada afirmación y el que responde tiene que decir si está algo o nada, mucho o poco de acuerdo con la frase. Pero lo importante es que en el origen de ese vídeo había un psicólogo, es evidente, hasta podría pensar en algunos nombres concretos, y eso está bien porque impulsa la profesión que buena falta le hace. Es más, si hubiera sido una canción o un videoclip en lugar de un test tendrían que pagar derechos de autor, pero los psicólogos somos malos empresarios salvo excepciones muy distinguidas.

No creo que haya ningún dóberman escondido en ese vídeo, pero manifiesta algunos prejuicios que me preocupan. Para empezar sabemos que las afirmaciones que contiene no son exclusivas de ningún partido en concreto, las aceptan total o parcialmente muchas personas de todo el espectro político. Y luego está eso de asociar cada afirmación con una imagen concreta, el skin con la homosexualidad como enfermedad, por ejemplo, o el cura con la religión única para Europa. Ya nos gustaría que eso fuera verdad, limitaría el problema, pero solo es un prejuicio y bastante tendencioso. Hemos visto a insignes médicos defendiendo en tribunas públicas la patología del homosexual y a políticos sin alzacuellos y hasta descamisados proclamando la necesidad de religión en el partido. Basta con alternar imágenes y frases en el vídeo, un experimento divertido, para desbaratar el estereotipo. El skin, por ejemplo, a favor del despido libre, el cura diciendo que el cambio climático es una gran mentira, el ejecutivo preocupado porque los inmigrantes le roban el trabajo, y así sucesivamente. El vídeo es tramposo con los grupos sociales que utiliza.

Pero no hay razón para que los partidos conservadores se ofendan por el vídeo o por las frases que contiene. Existen otros muchos test que estudian las actitudes de la izquierda y hasta sus posibles patologías, como el totalitarismo, la inestabilidad emocional o incluso la psicopatía, todos repletos de frases que servirían para hacer vídeos desde todos los puntos de vista y para todos los gustos. Y así se abre la barra libre de la psicología o, al menos, de la utilización política de la psicología, que no es lo mismo pero es igual.

Descubran a quiénes representan estas frases. La mejor manera de tratar a la gente es decirles lo que quieren oír. Nace un ingenuo cada minuto. Lo mejor es pensar que todo el mundo tiene un lado malo y que se manifestará cuando se den las condiciones adecuadas. La diferencia entre los delincuentes y las demás personas es que los delincuentes son lo suficientemente estúpidos como para dejarse coger. La mayoría de la gente olvida con más facilidad la muerte de su padre que la pérdida de sus bienes.

Lo dicho, barra libre para fabricar vídeos a gusto del consumidor.

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