Un jordano aspira a dirigir la Unión por el Mediterráneo
Israel no ve con malos ojos la candidatura del diplomático hachemita
Ahmad Masa'deh, diplomático jordano de 40 años, es por ahora el único aspirante a convertirse en el primer secretario general de la Unión por el Mediterráneo (UpM), organismo con sede en Barcelona y auspiciado por la Unión Europea para acercar a los países de la ribera norte y la sur. Masa'deh, que presentó su candidatura hace cinco meses, es actualmente embajador del Gobierno de Ammán en Bruselas y en la Unión Europea. Su candidatura deberá ser validada por los representantes de los 43 países miembros de la UpM, en una reunión cumbre cuya fecha aún no está prevista, pero que difícilmente se celebrará antes de verano.
Ahmad Masa'deh es un experto jurista formado en las universidades de Ammán, Washington y Londres, donde ejerció como profesor y trabajó para un gabinete privado, para después iniciar una brillante carrera en la Administración de su país. Masa'deh fue nombrado ministro de Estado para la Reforma del Sector Público en 2004, desde cuyo gabinete emprendió la privatización de numerosas empresas estatales jordanas al tiempo que impulsó la creación del Defensor del Pueblo, como manera de combatir la corrupción y poner orden en la burocracia de la Administración. Dos años más tarde el rey Abdalá II de Jordania lo nombró embajador en Bruselas, cargo que desempeña actualmente. Masa'deh está casado y es padre de tres hijas.
Los trabajos de adecuación del Palau de Pedralbes llevan retraso
El nombramiento de Ahmad Masa'deh como secretario general de la UpM cuenta con el apoyo de la mayoría de los países árabes del oeste del Mediterráneo; sin embargo, no tiene el apoyo de los países del Magreb, especialmente de Marruecos y Túnez, que aspiran a tener un representante de su país en los órganos de dirección de la UpM, según se asegura en medios diplomáticos. El nombramiento de Ahmad Masa'deh como responsable de la UpM podría tener también el apoyo de Israel, ya que el Gobierno hebreo mantiene excelentes relaciones con la monarquía hachemita, con la que firmó en 1994 un acuerdo de paz, lo que permitió el establecimiento de relaciones diplomáticas, al igual que sucede con Egipto desde 1979.
En cualquier caso, el nombramiento de Ahmad Masa'deh tendrá que esperar. No es una situación excepcional; otras disposiciones fundacionales de la Unión por el Mediterráneo se encuentran desde hace más de cinco meses bloqueadas como consecuencia de la lentificación en que se hallan sumidos los trabajos internos de la institución. La lentitud con que la UpM resuelve sus problemas estructurales se debe, en gran parte, al enfrentamiento existente entre los países árabes con Israel, agravados por la invasión y masacre de la Franja de Gaza el pasado mes de noviembre y la posterior llegada del ultraderechista Benjamin Netanyahu a la jefatura de Gobierno en Israel.
Pero antes de que la Unión por el Mediterráneo nombre a su secretario general, deberá resolver un tema prioritario; la aprobación de los estatutos internos de la Secretaría General, un proceso que apenas se ha iniciado y que deberá tener el consenso de los 43 países miembros.
Por ahora, el estatuto de la Secretaría General sólo se ha discutido en el seno de los países del norte del Mediterráneo, pero ni siquiera se ha conseguido elaborar un borrador, recalcan fuentes diplomáticas de Bruselas. Por si no hubiera suficiente, los trabajos de adecuación de la sede de la Secretaría General, el Palau de Pedralbes en Barcelona, se encuentran también bastante retrasados.
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