Mas y Duran exhiben unidad tras los últimos desencuentros
Los líderes de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, y de Convergència, Artur Mas, han firmado para esta campaña electoral una tregua momentánea tras su último desencuentro por la designación de un soberanista sin experiencia política, Ramón Tremosa, como cabeza de cartel de los comicios europeos. Ambos líderes compartirán escenario en la mayoría de actos para arropar a un candidato designado de forma unilateral por Convergència, tras marginar al anterior eurodiputado, Ignasi Guardans.
CiU presenta las elecciones del 7-J como unas primarias de las autonómicas catalanas del próximo año y pide al electorado una "reacción" frente al tripartito de izquierdas y sus "renuncias" ante el Gobierno central en materia de autogobierno. Ayer mismo en la Seu d'Urgell, el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol afirmó: "CiU se presenta a estas europeas con la voluntad de volver a ganar las elecciones del año que viene con más ventaja, de tal manera que no pueda haber un nuevo tripartito".
Sólo si los nacionalistas quedaran en segundo lugar ?en 2005, el PP les arrebató tan deseada posición? a cierta distancia de los socialistas, los dirigentes de CiU se sentirían más que satisfechos. Y para alcanzar este objetivo, tanto Duran como Mas necesitan demostrar que no existen fisuras entre ambos.
Recuperar un eurodiputado
Ya el primer día de campaña ?algo inusual en anteriores citas?, protagonizaron un acto sectorial sobre la receta para paliar la crisis económica. Sus discursos no chirriaron. Mas y Duran volverán a coincidir en otros tres mítines temáticos además de los actos finales de campaña en las cuatro capitales de provincia catalanas.
Aunque al principio los democristianos de Duran desconfiaron de la elección de Ramon Tremosa, finalmente, han tenido que rendirse y, aunque a regañadientes, arroparle ante unas elecciones que son cruciales para las aspiraciones futuras de CiU. Unió hubiera preferido un cabeza de lista de perfil nacionalista moderado y con fuerte tirón electoral o incluso la reelección de Guardans, a lo que se negaron en redondo sus socios de federación. Pero el número uno corresponde designarlo a Convergència y los democristianos tuvieron que tragar.
Duran Lleida ha ordenado a sus subordinados que se entreguen totalmente a la campaña. No sólo por el carácter de primarias, sino porque los democristianos aspiran a recuperar el eurodiputado que perdieron en 2005. Salvador Sedó ocupa la cuarta posición.
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