Muerte en el calabozo

Los agentes encargados de los calabozos de la Policía Local de Málaga encontraron muerto el martes a primera hora a uno de los detenidos que custodiaban. El fallecido, de 62 años, era el conductor de un Audi A4 supuestamente ebrio al que detuvieron la noche del lunes por saltarse un semáforo en rojo y provocar un accidente.

El fallecido ingresó en los calabozos sobre las 4.30. Una hora después, los agentes pensaron que el detenido se había quedado dormido. Sin embargo, poco antes de las 7.00 vieron que el arrestado no respondía a sus llamadas y avisaron al servicio de emergencias. No pudieron reanimarle.

Las versiones de la Policía Local y del centro hospitalario sobre el estado del detenido difieren. Según fuentes policiales, era palpable que se encontraba ebrio. De hecho, los agentes le tendieron la colchoneta en el suelo en lugar de colocarla en un banco de piedra para evitar que se cayera al suelo si se dormía.

Sin embargo, en el hospital Carlos Haya, donde fue trasladado por la policía para que le atendieran de una fractura en la tibia como consecuencia del siniestro, los médicos le encontraron "orientado y consciente", según fuentes del centro sanitario.

El grupo de Homicidios de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación, en la que serán claves los resultados de la autopsia. Durante la mañana de ayer, los policías locales del grupo de atestados, encargados de los delitos relacionados con la seguridad en el tráfico y de la custodia de detenidos, reconstruyeron lo sucedido.

El choque por el que fue detenido ocurrió a las 23.45 del lunes en la avenida Santiago Ramón y Cajal. Se saltó un semáforo y terminó chocando contra un Seat Ibiza. Los dos conductores fueron trasladados al hospital, donde les atendieron por heridas leves. El detenido "no alertó de ningún otro dolor que no fuera el de la pierna", señalaron ayer desde el centro.

Cuando recibió el alta, lo condujeron hasta la jefatura de Policía Local, donde comenzaron a instruir el atestado. El hombre entró en el calabozo, sin que los agentes observaran "nada anormal". Horas después, murió.