_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Proceso de selección

Hoy creía que sería un buen día. Después de ocho meses en situación de desempleo, esta mañana he recibido un mensaje en el buzón de voz de mi móvil, instándome a comunicarme con una persona para concertar una entrevista de trabajo.

He devuelto la llamada y la cruda realidad me ha vuelto a jugar otra mala pasada. Tras apenas cinco minutos de monólogo, ya que ni siquiera se me ha comentado ninguna característica del puesto al que optaba, y tras comentar mis pretensiones económicas (incluyendo mi comentario sobre el ofrecimiento a negociar esas condiciones, si el proyecto es sólido y de futuro), se me ha comentado que se me llamaría en dos días para ampliar más detalles, si seguía en el proceso de selección. En caso contrario, podría darme por desestimado.

Tratándose de una empresa de contratación, a la que se supone experta en procesos de selección, me ha extrañado comprobar cómo la primera selección se hace en función de la voz del candidato y no de otras cualidades, ya que la información que se me ha requerido se encuentra ya en mi CV. ¿Dónde quedan las investigaciones que afirman que hasta el 80% del mensaje de un interlocutor se transmite mediante la expresión corporal? ¿Se imaginan a un abogado defendiendo a su cliente por teléfono?

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

He pensado que quizás se estaba descartando a candidatos por que pedían una elevada retribución. En este caso sería todavía peor: ¿se está contratando por la ley del que menos pida? Podría ser, hay muchos puestos a los que opto que han rebajado su oferta económica en un año.

A ver para cuándo se crea una oficina para la defensa del candidato, al que al menos se le comunique que está desestimado, aunque sea por teléfono. Sin embargo, no me queda otra salida que esperar a tener suerte, porque cada vez compruebo con mayor pesar que ni mi formación, ni mi trayectoria se van a valorar, sino mi capacidad de decir X euros (pongan ustedes la cantidad, pero no se olviden de no pedir algo digno, rebájense).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_