Aromas dulzones de la Fira de Sant Ponç
Miel, frutas confitadas, yogur, quesos, plantas medicinales: son todo un regalo los sabores y olores de la Fira de Sant Ponç, que ayer se instaló en la calle del Hospital y sus alrededores, en pleno corazón del barrio del Raval. La cita anual ha congregado 92 puestos este año. Además de la tradicional feria y los actos religiosos, también se organizó un encuentro de puntaires y pubilles, además de pasacalles, sardanas y otros actos festivos.
No sólo el centro de la ciudad celebró la feria en el día del patrón de los herbolarios y los apicultores, sino que también los barrios del Poble Sec y Sarrià-Sant Gervasi sacaron los puestos a la calle, si bien más pequeños que los del centro de la ciudad. Hasta hace no demasiado tiempo las tiendas del ramo proliferaban por el Raval y el Casc Antic, pero ya son pocas las que han resistido el cambio de los usos del comercio impuesto por la llegada masiva de un turismo no muy interesado en las hierbas medicinales, que antaño se vendían en las calles en primavera para tratar las enfermedades.
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