Richard Pratt, el "rey del cartón"

"Todos quieren mi dinero, pero a nadie le interesan mis ideas". Así se expresó Richard Pratt, magnate del cartón, cuando cumplió el sueño de su vida: ser presidente del club de fútbol australiano Carlton FC, en 2007. Aquel fue el punto culminante en la carrera de un hombre nacido en plena marea sangrienta del nazismo, emigrado a Australia, visionario en los negocios y ostentoso en su vida personal, que falleció el pasado 28 de abril, tras una larga batalla con el cáncer de próstata. Tenía 74 años. Habitual en las revistas de negocios y en las páginas de la prensa rosa, al final de sus días el "rey del cartón" recibió honores como una visita a su lecho de muerte del mismísimo primer ministro australiano, Kevin Rudd.

Nació en 1934 en una familia de judíos polacos que huyó del asedio nazi cuando él era un niño. Se instalaron en 1938 en la localidad australiana de Shepparton, donde la familia cambió para siempre su apellido, de Przecicki a Pratt. De no tener nada, pasaron a tenerlo todo. Sus padres montaron una pequeña fábrica de cartón, junto con otros dos socios, en 1948, que les permitió hacer una pequeña fortuna. El joven Richard estudió empresariales y se vio tentado por la interpretación, aunque al final se hizo cargo de la dirección de la empresa, de nombre Visy, a la muerte de su padre, en 1969.

Pratt amplió el número de factorías, llegando a expandirse a EE UU. Fue un pionero en el respeto medioambiental al construir fábricas de papel reciclado. En 1995 firmó un contrato con el gobierno local de Nueva York para reciclar 150.000 toneladas al año de cartón recogido de los vertederos de la ciudad. La empresa Pratt, la primera de paquetería de Australia, llegó a tener ventas por valor de 1.700 millones de euros.

En 2009 ocupó el número 469 en la lista de los multimillonarios de la revista de referencia Forbes. Su fortuna se estima en 1.100 millones de euros. Estos éxitos se vieron lastrados en los últimos 10 años por el escándalo que estalló cuando, en 2005, la fiscalía acusó a Pratt de pactar los precios del cartón con su competencia, la empresa Amcor.

Multa de 19 millones

El magnate recibió una multa de 19 millones de euros, la mayor registrada en la historia de su país, y fue sometido al escarnio público de renunciar a la medalla de honor de la Orden de Australia y a la presidencia del Carlton FC, la joya deportiva del país. Su salud se resintió.

Además, fue demandado de nuevo en 2008, por haber dado falso testimonio ante la comisión gubernamental que lo investigó. El juez que instruía esta causa la desestimó el lunes, horas antes de la muerte de Pratt, a petición de los abogados y la familia de éste que también ha pedido que se le restituya la medalla de la Orden de Australia y que se reconozcan los méritos del magnate como uno de los grandes prohombres del país.