Gianni Baget Bozzo, sacerdote y asesor de Silvio Berlusconi
Fue castigado por el Vaticano por "meterse en política" sin permiso
Se decía en Roma que el avispado Silvio Berlusconi se atrevió a romper con el gran Indro Montanelli porque había encontrado una cabeza mejor. Se trataba del sacerdote Gianni Baget Bozzo. Un hombre polémico gran parte de su vida. El Vaticano lo castigó por meterse en política, como suele decirse, pero poco a poco lo fue rehabilitando, hasta volver a hacer caso de sus opiniones. Nacido en la Savona el 8 de marzo de 1925, Baget Bozzo dio en política muchos tumbos. La suspensión a divinis por el Papa le llegó por haber aceptado sin autorización la propuesta al Parlamento Europeo en las candidaturas del Partido Socialista. Pocos años más tarde impulsó con Berlusconi la fundación de Forza Italia. Fallecido el viernes pasado mientras dormía en su casa de Génova, su funeral será oficiado mañana nada menos que por el cardenal Angelo Bagnasco, arzobispo de Génova y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
Llegó a escribir que la fundación de Forza Italia fue cosa del Espíritu Santo
El presidente de la Conferencia Episcopal italiana oficiará el funeral
Montanelli, periodista de acción, procedía del fascismo, y Baget Bozzo era un furibundo anticomunista. Ésas fueron las cartas de presentación para el actual hombre fuerte de la política italiana. Baget Bozzo ya era un hombre del Derecho y el pensamiento cuando fue elegido consejero municipal en 1956 con la Democracia Cristiana. Poco más tarde, decidió entrar en un seminario a estudiar teología. En 1967 fue ordenado sacerdote por el entonces cardenal de Génova y dos veces candidato a Papa, el muy conservador Giuseppe Siri. Fue este prelado quien encomendó a Baget la dirección de la revista teológica de la curia Renovatio, y quien promovió más tarde su suspensión sacerdotal por aceptar ser europarlamentario del partido de Bettino Craxi, mucho antes de que este líder socialista y ex primer ministro de Italia tuviera que huir a Túnez para librarse de la cárcel por corrupción.
La carrera de Baget Bozzo fue deslumbrante desde entonces, hasta convertirse en editorialista y una pluma de prestigio en el periódico Il Giornale, fundado por Montanelli para mayor gloria de Berlusconi, que pagaba las cuentas. El alejamiento de Montanelli, que acabó detestando por "veleidades mussolinianas" al actual primer ministro, fue compensado con creces por el entusiasmo del sacerdote Baget. "Berlusconi es el premier más católico que Italia ha tenido. La democracia cristiana le dio al país la ley del divorcio y la del aborto... Berlusconi, en cambio, desde siempre ha alineado a Italia con las posiciones de la Iglesia. Italia le debe mucho y también la Iglesia", declaró recientemente al periódico argentino La Nación. Fue el consejero más cercano de Berlusconi. Con motivo del décimo aniversario de Forza Italia, escribió un artículo en el que decía que este partido había "nacido gracias al Espíritu Santo".
Pese a los castigos del Vaticano, que soportó de muy mala gana, Baget Bozzo fue también el máximo artífice del estrechamiento de relaciones del papado y Berlusconi. "Un nuevo contubernio entre el prostíbulo y la sacristía", bromean en Roma algunos analistas, sobre todo ahora. Baget Bozzo estaba en absoluto desacuerdo. "La historia de Italia está esencialmente ligada a Roma. Incluso la Liga Norte, que empezó siendo tan antirromana, ahora se ha vuelto muy católica. La conexión entre el Papa e Italia es parte de la historia de Italia", declaró también a La Nación. Semanas atrás, ante el sonado divorcio de Berlusconi y Veronica Lario, Baget Bozzo se alineó del lado del polémico primer ministro. No se esperaba otra cosa. Incluso reprochó a Veronica Lario no haber amado lo suficiente a Berlusconi.
También fue Baget Bozzo un decidido defensor de Benedicto XVI. Encabezó una campaña para explicar como "acto de gran valentía" del Papa la decisión de levantar la excomunión a cuatro obispos lefebvrianos, entre ellos al antijudío Williamson.
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