Ford advierte de que sobra mano de obra en Almussafes
La mayor fábrica valenciana ha entrado en una dinámica que no presagia nada bueno. El presidente de Ford España, Antonio Ades, declaró ayer que cuando la demanda de automóviles cae un 30%, como ha ocurrido en Almussafes (Valencia), se produce "automáticamente exceso de mano de obra" y "hay rápidamente que reestructurar".
La planta se halla en un "impasse", añadió, desde que hace un mes los trabajadores rechazaron por estrecho margen la propuesta de convenio pactada entre la empresa y UGT (sindicato mayoritario), vinculado a un plan de futuro para la planta.
Nada hace pensar en un desbloqueo rápido. Los sindicatos que encabezaron la campaña contra el convenio (CC OO, CGT y STM) decidieron ayer convocar movilizaciones contra el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para 1.100 trabajadores hasta final de año que acaba de entrar en vigor. El secretario general de Comisiones en la fábrica, Miquel Rosaleny, acusó a la empresa de dar un "golpe industrial". La secretaria general de CGT, Francisca Cuesta, consideró que Ford incurre en una "clara irregularidad" al aplicar el ERE. Las palabras de uno y otro lado parecían anticipar un choque de trenes.
Guerra sindical
"Están poniendo en riesgo el futuro de la planta", declaró Gonzalo Pino, secretario general de UGT; "hay un núcleo de sindicalistas que está fuera de la realidad y que no se da cuenta de lo que puede llegar a pasar. Lo siento por Comisiones Obreras, porque no debería estar ahí".
"Han hecho creer a los trabajadores", siguió, "que no estamos en crisis. Que es una negociación del convenio como cualquier otra, y que la empresa acabará poniendo una segunda oferta sobre la mesa".
El análisis de Pino es más oscuro: la compañía se está reestructurando a escala mundial; los trabajadores alemanes han llegado a un acuerdo; los ingleses también, los belgas lo están buscando; todos tratan de protegerse y Almussafes se ha quedado descolgado. El rechazo al convenio deja en el aire la llegada del nuevo modelo de C-Max anunciada por la multinacional. Aunque llegue, no lo hará hasta mediados de 2010. Y si no hay acuerdo, ¿qué ocurrirá entre septiembre (cuando está previsto que se reduzca la producción) y el lanzamiento del C-Max? "Vamos a vivir una situación muy compleja en la planta", pronosticó Pino.
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