Los superdelegados juran con público amigo y sin preguntas

En un acto formal en la Consellería de Presidencia, de la que dependen orgánicamente, tomaron ayer posesión los cinco superdelegados de la Xunta. El presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, pronosticó que la nueva figura administrativa "perdurará" en futuros ejecutivos ya que persigue "la austeridad, la coordinación entre administraciones y el equilibrio territorial".

Uno tras otro, Diego Calvo, delegado en A Coruña, Lucía Molares, en Vigo, José Manuel Cores Tourís, en Pontevedra, Raquel Arias, en Lugo, y Rogelio Martínez, en Ourense, prometieron o juraron el cargo, ante sus superiores, el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda y el propio Feijóo. En nombre de todos habló Diego Calvo quien prometió "trabajo, trabajo y más trabajo".

Con una crítica implícita a sus antecesores, Emilio Pérez Touriño pero también Manuel Fraga, el actual presidente lamentó que "a medida que pasaba el tiempo" sus homólogos, creían que el aparato de la Xunta, "tenía que crecer y crecer". "Nada más lejos de la realidad", subrayó ayer Feijóo, "la Administración debe ser más ligera y más eficaz". Ante los presidentes del PP en las cuatro provincias, que mantienen la costumbre de acudir a este tipo de actos -los responsables de las diputaciones de Lugo y A Coruña, ambos socialistas, no fueron invitados- el jefe del Ejecutivo aclaró que los superdelegados "son los interlocutores del Gobierno en los distintos territorios, con las diputaciones, alcaldes y sobre todo con los ciudadanos".

Entre el público invitado (sólo cargos del PP), aplaudían al final del acto la senadora y futura presidenta del Puerto de Vigo, Corina Porro, el vicepresidente del PP en Pontevedra, Chema Figueroa, y personas de confianza de José Luis Baltar. La programación del acto no admitió preguntas. Luego tomó posesión, el secretario xeral para o Deporte, José Ramón Lete. Feijóo prometió "despolitizar el deporte", ante el medallista David Cal y el ciclista Ezequiel Mosquera.