Cindy Sherman como metáfora

El artista periodista y cineasta Paul Hasegawa-Overacker (en adelante, Paul H-O) fue durante cinco años pareja de Cindy Sherman, escurridiza, célebre e inquietante fotógrafa que ha hecho del camaleonismo un arte. Él dirigía un programa de televisión sobre arte que fue testigo de cómo la escena neoyorquina abandonó la audacia para entregarse a la comercialidad, el glamour y el poder del dinero. Todo esto se cita en el documental Guest of Cindy Sherman, que el productor Chris Trela presentará en el festival Documenta Madrid mañana.

Este agitador, obsesionado con archivar en video y por escrito su propia existencia, co-dirige el filme junto a Tom Donahue, uno de los primeros que escuchó la anécdota que da título al documental. Paul H-O, con debilidad por el humor punzante y sin miedo a mostrar su propia vulnerabilidad, explicó vía telefónica el germen de la película: "Llevaba siendo la pareja de Cindy varios años y un día acudí a una de las muchas recepciones que le ofrecen. En vez de sentarme a su lado me colocaron en otra mesa, lejos. Ni siquiera se molestaron en escribir mi nombre, simplemente había un papel que decía 'Guest of Cindy Sherman (invitado de...)'. Fue un shock de tal calibre que escribí un monólogo muy irónico y lo interpreté en casa para un grupo de amigos, que se partieron de risa. Cindy lo vio en video y fue la primera en apoyar la idea de hacer un documental sobre mi experiencia de vivir junto a alguien famoso, en mi caso, una de las artistas menos públicas del planeta y sobre la que todo el mundo siente curiosidad".

Afortunadamente para Sherman, su ex novio ha cuidado mucho la parte que le dedica. "No era mi intención exponer de forma morbosa la intimidad de una de las artistas más reacias a compartir públicamente su vida privada", explica el director. Claro que Sherman también habrá tenido algo que decir; ambos acordaron que ella tendría derecho a revisar el material final "y censuró unas cuantas escenas".

Cuando la cinta se estrenó hace ya un año en el Festival de Cine de Tribeca, sembró la polémica. La artista aseguró que no tenía nada que ver con el documental.

Además, el sangrante retrato que Paul H-O de cómo los artistas se han transformado en celebrities por vía del dinero que mueven y la burbuja económica en la que ha flotado el mundo del arte hasta que llegó la crisis, no es precisamente halagüeño. "Es casi una perversión que los artistas se conviertan simplemente en acciones que suben y bajan en función de las manipulaciones de galeristas o gente con mucho dinero que sabe cómo jugar con el mercado. Creo que barrios como Chelsea, donde sólo hay galerías, no son naturales. En el Soho o el Lower East Side de antaño, las galerías llegaron porque había artistas que insuflaron vida a los barrios. Chelsea fue una invención artificial movida por intereses inmobiliarios y financieros. Es como un supermercado del arte. Pero en realidad hoy es mucho más interesante Brooklyn que Manhattan, porque es ahí donde viven los artistas".