Dos escándalos
Sin duda, no hay dos personas ni dos circunstancias iguales; pero sólo la comparación nos permite avanzar en el conocimiento de la sociedad. Y es muy significativa la diferencia entre el gran escándalo provocado por Rosa Aguilar, al dejar la alcaldía de Córdoba gobernada por IU para ser consejera independiente de la Junta de Andalucía, del PSOE, y la poca relevancia que se ha dado al de quien durante tantos años fue dirigente máximo del sindicato Comisiones Obreras, José María Fidalgo, a los pocos meses de perder su reelección se acabe de poner al servicio de la patronal que dirige el diario Abc. Algo huele a podrido también en este reino de España: desde el miedo a tocar lo que de alguna manera atañe a los sindicatos o a la prensa, hasta el ensañamiento contra una mujer independiente que simplemente ha hecho lo que hicieron tantos políticos relevantes de IU antes de la creciente cerrazón de este partido, y que incluso se pasaron directamente al PSOE.
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