Los conductores se estrellan contra la crisis

La crisis ha adelantado a los españoles por la derecha. La caída de las ventas de vehículos es sólo la punta del iceberg. Los talleres de reparación lo saben desde hace meses: la clientela ha bajado al tiempo que se ha incrementado la compra de piezas en los desguaces. Incluso algunas marcas de lujo mantienen aparcados en sus instalaciones coches cuyos propietarios no pueden hacer frente a la factura de reparación. Según un estudio elaborado con las entrevistas a un millar de conductores y dirigido por el presidente de la Fundación Española de Seguridad Vial, Luis Montoro, el 21% de los entrevistados reconoce que ha reducido el gasto en mantenimiento de su vehículo.

Aspectos básicos como el cambio de neumáticos o de frenos se está aplazando, lo que puede tener una importante incidencia en los accidentes por fallos mecánicos. Para casi un tercio de los encuestados, el ambiente que se respira en la carretera pasa por más agresividad, más distracciones y más nervios. Mantener el vehículo y además pagar un seguro también se ha convertido en una pesada carga. "Presumiblemente, la crisis va a provocar que más conductores circulen sin seguro", según Montoro. El 17,2% ha cambiado su póliza. De éstos, dos tercios decidió contratar con otra compañía; el resto optó por aceptar una franquicia, por cambiar de todo riesgo a terceros o rebajar la cobertura.

La crisis también hace aumentar el miedo a la multa. La mitad de los encuestados reconoce que ahora teme más ser sancionado. Y a la hora de ir a la gasolinera también se miran más los euros: el 24% echa menos combustible. En Inglaterra e Italia ya se han triplicado los conductores que se quedan tirados en la carretera sin combustible, y en España la Guardia Civil de Tráfico ya ha alertado de un aumento de estas situaciones, según Montoro. El 28% ha optado por medidas más radicales como usar menos el vehículo y realizar menos viajes, y el 29,1% ha aplazado el cambio de coche. En las autoescuelas, los datos no son más alentadores: las matriculaciones han caído un 56% y el abandono de quienes ya se habían apuntado alcanza el 39%. Y aún mayor es el número de personas que solicitan reducir el número de clases prácticas: el 58%.