Expertos en juegos de palabras celebran un congreso en Vigo
Para los orfebres del abecedario, cada carácter cuenta porque son sabedores de que una pequeña alteración fonética o gráfica en un vocablo puede trastocar el significado de un enunciado completo. El resultado de su trabajo no sólo es literal sino que se puede leer entre líneas, donde cobra mayor amplitud. Hace casi cincuenta años, en Francia, un grupo de escritores e intelectuales denominaron literatura potencial a una manera de concebir la creatividad literaria ceñida a reglas formales. De ahí deviene Oulipo, el nombre del colectivo del que formaron parte, entre otros, Italo Calvino y Georges Perec.
Una treintena de escritores, especialistas y traductores debaten hasta hoy sobre literatura potencial en el Museo Verbum de Vigo, convertido, más que nunca, en la Casa de las Palabras, como consta en su apellido. Entre el rigor de la norma y el juego, de sus cabezas brotan monovocalismos, ambigramas (palabras o frases que admiten lecturas reversibles en horizontal y en vertical), palíndromos (de lectura reversible en horizontal), tautogramas (palabras con la misma inicial), cuadrados mágicos y un sinfín de juegos de palabras que crean sorprendentes asociaciones de ideas. Las universidades de Vigo, Minho, Nueva York y Paris III colaboran en la organización del Congreso Internacional Pé de Letra, inaugurado el pasado martes con el concierto del músico francés Pierre Bastien.
Los palíndromos y tautogramas son una "rareza" entre los escritores gallegos
"Estas estructuras, al igual que las formas métricas convencionales de los sonetos, por ejemplo, te obligan a concentrarte en el lenguaje, en lo que verdaderamente es la materia de la escritura", explica el escritor Carlos Grassa Toro. La culpa de que todavía algunos críticos polemicen acerca de la presunta falta de autenticidad de estas muestras literarias es, según el traductor Éric Beaumatin, "del romanticismo decimonónico".
Publicaciones como Palabras brancas de Elvira Riveiro o Gramática insubordinada, escrita por el Obradoiro de Lingua Gianni Rodari, se adentran en este terreno, aunque el profesor Gonzalo Navaza es de los pocos escritores gallegos que cultivan esta manera de "retorcerle el pescuezo a las palabras". "El oulipanismo es una rareza poco adecuada para los escritores gallegos, a quienes se nos adjudican funciones extra en la normalización y estandarización del idioma".
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