CiU llega a un pacto con el PSC y ERC sobre la ley educativa

Salvo accidentes de última hora, Cataluña tendrá su primera ley de educación en un mes. Entre esta semana y la próxima expira el plazo fijado para que el tripartito de izquierdas -PSC, ERC e ICV-EUiA- y CiU sellen un acuerdo sobre la ley. Pero ayer, el líder de CiU, Artur Mas, aseguró que su grupo ya ha llegado a un preacuerdo sobre la futura norma con el PSC y ERC. Desde Iniciativa, la portavoz Laia Ortiz replicó: "Pedimos al PSC y a ERC que no cedan al chantaje de CiU, que plantea ampliar los conciertos y la financiación a centros privados sin poner condiciones".

Más recalcó que en el tripartito hay "puntos de vista diferentes" sobre la ley. Y que en lo que respecta a CiU, los objetivos que su grupo planteaba como "fundamentales" se están cumpliendo, declaró Mas a la emisora RAC-1.

Quedan para el final temas como separar por sexo y el papel de los ayuntamientos

Los grupos podrían abstenerse en los artículos conflictivos para aprobar la ley

Los sindicatos han hecho tres huelgas y preparan más protestas este mes

Está en juego dar autonomía a los centros para mejorar sus resultados

PSC y ERC trataron de poner bálsamo a la disputa entre CiU e Iniciativa. Afirmaron que aunque las negociaciones están avanzadas, no hay un preacuerdo sellado y aseguran que se logrará un pacto final sobre la ley que sume a los cuatro partidos.

Los grupos que alumbran la ley siempre han dicho que quieren distinguirse del conjunto de España con una norma respaldada por los tres socios de Gobierno en la Generalitat -PSC, ERC e ICV-EUiA- y por CiU desde la oposición.

CiU hace una excepción y está dispuesta a apoyar la ley de educación para que nazca fuerte y no tenga que cambiarse cada vez que mude el color político en el Gobierno de la Generalitat. Pero, aunque apoya el proyecto, CiU quiere ver recogidas sus propuestas.

Para lograr esta longevidad se busca de la ley que sea capaz de ser desplegada hacia el centro derecha, si gobierna CiU, y a la izquierda si sigue haciéndolo el tripartito. Nada que ver con las disputas entre el PSOE y el PP en España, considerado un mal ejemplo, porque han dado lugar a nada menos que cuatro leyes en 20 años.

Pero el tiempo apremia. Sólo quedan cuatro plenos por delante antes de las vacaciones de verano y hay prisa por plasmar un acuerdo en la Comisión de Educación del Parlament a final de este mes.

Hay ya algunos acuerdos, cocinados a fuego lento, después de seis sesiones de trabajo en comisión y muchas horas más fuera de ella, recalcan varias fuentes consultadas de la negociación.

Los puntos en que hay acuerdo son la autonomía y la evaluación de los centros escolares y de los profesores y la medida de fijar un porcentaje máximo (sin concretar) por zona para distribuir mejor a los alumnos inmigrantes.

Pero también hay desacuerdos y los temas más espinosos se han dejado para el final. Sí se mantienen algunas discrepancias -como las de CiU e Iniciativa sobre las escuelas concertadas (receptoras de fondos públicos) que segregan por sexo y el papel de los ayuntamientos- es posible que algunos artículos acaben votándose sin el apoyo de los cuatro grupos. Algunas fuentes ven inevitable alguna votación por separado para aprobar la ley si se mantienen diferencias de última hora. Otras creen que no se llegará a esa situación, aunque recalcan que no sería dramática.

CiU no acepta, por ejemplo, la municipalización, es decir, que los ayuntamientos tengan más poder en la educación, más allá del que ya disponen sobre las guarderías y los centros de adultos. La federación que dirige Artur Mas no controla ayuntamientos importantes -el mayor donde gobierna es Sant Cugat, con 75.000 habitantes-.

Tampoco le gusta a CiU la forma de elegir escuela y quiere que conste la posibilidad de escoger centro más allá del distrito o barrio, según defiende la diputada Irene Rigau. "Queremos que ésta sea una ley de país frente a los que quieren una ley del tripartito", dijo ayer Rigau en alusión implícita a Iniciativa.

ICV no acepta que se pueda seguir separando chicas y chicos en los centros privados que reciben fondos públicos, ha avisado la diputada Dolors Camats. Es el caso de centros vinculados en su mayoría al Opus Dei. El proyecto de ley apunta que no se podrá separar por sexo cuando se apruebe la ley, pero mantiene la posibilidad de que sigan recibiendo dinero público los centros segregacionistas que lo perciben en la actualidad.

Las fuentes consultadas dicen que se intenta llegar a un acuerdo para que en la ley conste que los centros que no separan alumnos tengan preferencia para tener concierto, pero sin excluir a los que segregan.

En Cataluña, hay 19 colegios concertados, la mayoría vinculados al Opus Dei, con 20.000 alumnos, que separan por sexos, explica Antoni Arasanz, presidente de la asociación de familias Fapel, que acoge a las asociaciones de padres y madres de alumnos de estos centros.

El PSC intenta hacer de pal de paller en esta ley. El titular de la cartera de Educación, Ernest Maragall, es de este partido y es quien ha promovido el texto enviado el Parlament, con el apoyo de Francesc Colomé, su número dos y el hombre que lleva semanas junto al diputado Daniel Font, dedicado a fraguar el acuerdo final.

ERC ha puesto énfasis en el capítulo lingüístico. A instancias suya se redujo la opción de estudiar en castellano limitándola a un año en la etapa de educación infantil o en la de primaria. Pero este punto no está cerrado en comisión y podría cambiar.

Si Cataluña aprueba ahora su primera ley de educación, habrán pasado 31 largos años desde que Josep Tarradellas, presidente de la Generalitat provisional, recibiera las primeras competencias sobre educación.