Griñán señala un nuevo rumbo al PSOE
El candidato apuesta por ayudar a las empresas para salir de la crisis - La reforma de la Administración y la descentralización de la Junta, ejes de su investidura
Lo que José Antonio Griñán hizo ayer en su discurso de investidura se parece mucho a dar la vuelta al calcetín sin cambiar de calcetín. Aunque a muchos socialistas no les gusta hablar de él como el heredero de Manuel Chaves -se suponen que son republicanos-, el que hoy será presidente de la Junta de Andalucía no renunció al legado recibido por los 19 años de gobierno de su antecesor y amigo, pero apenas dedicó unos minutos de la hora y diez en la que permaneció en la tribuna a hablar del pasado, de qué se ha hecho y quién lo ha hecho. "No vengo a hacer balance. La política es presente y futuro".
Griñán (Madrid, 1946) marcó un nuevo rumbo al PSOE. Más que detenerse en desmenuzar compromisos concretos para los tres años que restan hasta el final de la legislatura -eso lo dejará para hoy-, de adornar con montañas de cifras sus palabras, de exhibir su perfil más reividicativo y autonomista, de buscar el aplauso con medidas efectistas, el que será el cuarto presidente electo de la Junta marcó objetivos. Para un candidato que ha sido, hasta hoy, vicepresidente económico sorprendió que no dedicara ni una línea a hablar del sistema financiero andaluz, pese a que en los últimos cinco años ha estado impulsando las fusiones para crear una gran caja de ahorros en Andalucía.
No hubo ni una sola referencia al sistema financiero andaluz
Reservará puestos políticos para funcionarios de carrera
Para la educación no habrá límites de recursos. Condiciona el gasto social
El primer objetivo que se marcó fue el de combatir la crisis y crear empleo. Parte con unos números desalentadores: hay 794.000 personas paradas, 257.000 más que hace un año. Para frenar esa cuesta considera necesario dar seguridad jurídica a las empresas, de manera que no se encuentren con cambios "imprevistos" de una normativa que debe tener vocación de permanencia. También propuso descentralizar la Junta de Andalucía, reformar la administración, concertar con sindicatos, patronal y partidos políticos, mantener la apuesta por la innovación y el desarrollo sostenible.
Fue un discurso berroqueño, dijeron algunos, duro. "He querido definir lo que es la socialdemocracia", confesó Griñán al término de su intervención a un grupo de periodistas. "El sector público se financia con el sector privado, de él salen los recursos para construir el AVE, las autovías, los centros de salud, las escuelas, la universidad". Es decir, son necesarias empresas fuertes a las que hay que "apoyar" y reducirles "las cargas burocráticas". Y para eso es preciso "un marco económico estable que multiplique la actividad empresarial".
Una de las asignaturas pendientes de la Junta de Andalucía desde hace años es la reforma de la Administración pública. Gobierno tras gobierno se ha ido posponiendo una nueva ley de Función Pública -en la Junta hay más de 50.000 personas trabajando en la administración general, 250.000 si suman las áreas de sanidad, educación y justicia- que modernice todo ese enorme engranaje. Griñán, no detalló hasta qué punto está dispuesto a llegar, pero dijo que quería funcionarios "competentes". Y prometió reservar para los funcionarios de carrera determinados puestos que ahora dependen de los consejeros de turno, que es tanto como decir, del partido socialista. En concreto, quiere que los secretarios generales técnicos sean de la carrera administrativa.
Otro asunto largamente aplazado en los 27 años de autogobierno es el de la descentralización de la Junta. La Administración periférica se ha convertido en sucursales de las consejerías, donde no se puede mover ni un papel sin el visto bueno de Sevilla. También sin especificar, Griñán pretende que "la mayoría de los asuntos" que afectan a las provincias se acuerden en cada territorio, con lo que matará dos pájaros de un tiro: mayor agilidad, pero también combatir la idea, muy extendida, de un centralismo sevillano que bloquea decisiones.
Griñán dejó intacto los compromisos de su antecesor y del programa electoral socialista de impulsar de manera "inmediata y prioritaria" el pacto local con los ayuntamientos, a través de dos leyes: la de Régimen Local, en la que se establecerá las competencias y los recursos de los ayuntamientos, y la de participación de los municipios en los tributos propios de la Junta de Andalucía. Ambos proyectos están ya en fase de borrador y deben de entrar en el Parlamento antes de final de año.
Como venía anunciado desde que fue designado candidato por el comité director de su partido, aseguró que la educación será seña de su gestión. "La educación es política", subrayó. Aunque esta frase no la acompañó con compromisos presupuestarios, el candidato socialista aseguró que en este campo no habrá recortes: "La limitación de los recursos presupuestarios que está originando la actual crisis económica no debe afectar a la educación".Pero mientras para la educación no habrá restricciones de recursos, Griñán no se mostró tan taxativo en cuanto a su compromiso con el gasto social. "Queremos continuar la senda de crecimiento del gasto social en la medida que lo permitan las disponibilidades presupuestarias", aseguró de manera ambigua. Y para eso necesita que haya un buen sistema de financiación que sostenga, no sólo la educación, sino también la sanidad y los servicios sociales.
Del futuro modelo de financiación colgó una de sus promesas ya apuntadas en el Estatuto de Autonomía: la de presentar una ley de fiscalidad de la comunidad autónoma que regule la tributación sobre los ingresos (renta, sucesiones o donaciones). Esta iniciativa levanta suspicacias en el Partido Popular porque cree que lo que el próximo presidente de la Junta tiene en la cabeza es aumentar los impuestos para recaudar más.
Sólo un aplauso
También sin concreción alguna, Griñán afirmo que promocionará junto con el Gobierno central, el resto de las autonomías y los agentes sociales que a aquellas familias en la que todos sus miembros están en paro al menos uno de ellos tenga "algún tipo de ingresos". Según el último informe de Analistas Económicos de Andalucía, del grupo Unicaja, en el último trimestre de 2008, el 11,3% de los hogares andaluces tenían a todos sus miembros activos en paro.
El único aplauso con el que fue interrumpido el candidato en su discurso se produjo a la hora de subir a la tribuna. Fue cuando se refirió al bebé elegido genéticamente para curar a su hermano en un sistema sanitario público accesible para todos. "Esta es la Andalucía en que mirarse".
En los pasillos del Parlamento la intervención de Griñán fue muy bien acogida por los diputados socialistas, porque la solvencia del candidato, dijeron, les da seguridad. Pero también hubo quienes tacharon de "economicistas" sus palabras y no les sonó tan bien tanta defensa de la iniciativa privada.
"Lo que más temo es lo de esta tarde"
Esta tarde, nada más sea elegido con los votos socialistas presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán se pondrá a la tarea de formar Gobierno. Esta misión le preocupa más que el debate que tendrá a partir de las 10 de esta mañana con los líderes del PP, Javier Arenas, y de Izquierda Unida, Diego Valderas. "Yo lo que le temo de verdad es lo de por la tarde", confesó ayer a un pequeño grupo de periodistas. "Lo de por la tarde" es cerrar la composición del Ejecutivo, la ronda de teléfonos con los que salen, los que entran y, sobre todo, con los responsables regionales y provinciales de su partido. Mañana dará a conocer el gabinete.
Griñán despejó ayer, en su discurso de investidura, algunas incógnitas. Una de ellas fue, y no es menor, que mantendrá unida las competencias de universidad con la empresa, es decir, el modelo que ahora hay vigente en la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa. "Es una excelente conexión" y una "experiencia que está dando sus frutos", dijo. Un cambio radical en este campo, siguiendo miméticamente el de Rodríguez Zapatero en Madrid, hubiera significado un bofetón sin mano a una de las mayores apuestas estratégicas de Manuel Chaves en la pasada legislatura y al proyecto de la segunda modernización. Es posible, no obstante, que Griñán decida adelgazar esta consejería y algunas materias pasen a Empleo y otras, a Economía y Hacienda.
Griñán despojará, según contó, a la Consejería de Gobernación de las competencias de Consumo -pasarán a Salud- y de Inmigración -irán a la Consejería de Igualdad-. Quiere que la Consejería de Gobernación se dedique en exclusiva a la relación con los ayuntamientos y a la Administración periférica de la Junta, es decir, un departamento con una fuerte carga política.
El candidato ya tiene cerrado quién será el próximo consejero o consejera de la Presidencia -"tengo su sí", dijo- y negó que vaya a ser un departamento de intendencia sino "político". Igualmente, va a nombrar a su actual jefa de gabinete, Rosa Castillejo, directora del gabinete de Presidencia.
Únicamente confirmó un nombre del Gobierno actual: María Jesús Montero seguirá al frente de la Consejería de Salud. Griñán aseguró que llamará personalmente a los que destituya. Los que continúen lo sabrán por gente de su equipo. Los del primer grupo quizás no cojan el teléfono.
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