Sin difusores mágicos ni KERS
Red Bull, con Vettel y Webber sensacionales, descabalga por primera vez a Brawn de la victoria - Alonso, noveno, arruina su carrera al repostar en la séptima vuelta y salir último justo antes de que se fuera el coche de seguridad
La fuerza suplementaria que concede a los deportistas la bebida isotónica con el nombre de Red Bull pareció tener ayer su efecto en el circuito de Shanghai en los dos pilotos de esta escudería de F-1, Sebastian Vettel y Mark Webber. Tanto el alemán como el australiano parecieron tocados por una varita mágica todo el fin de semana hasta conseguir la primera victoria de la historia de la escudería austriaca. El sábado, Vettel había firmado ya la primera pole position y ayer Red Bull vivió una jornada inolvidable porque logró un doblete inimaginable tras la superioridad demostrada en las dos primeras carreras por los Brawn.
Fue la primera vez este año que los coches de Ross Brawn no partían desde el primer puesto de la parrilla y que no lograban el triunfo. Por eso el valor de la hazaña lograda por Red Bull adquiere una dimensión todavía superior, ya que rompe definitivamente el mito de que el doble difusor era un elemento absolutamente determinante en este Mundial. Esta vez, Button tuvo que conformarse con el tercer peldaño del podio mientras que su compañero de equipo, Rubens Barrichello, ocupó la cuarta posición. Fue un día interesante también para McLaren, que situó a sus dos pilotos, Kovalainen y Hamilton, en los puntos. Pero resultó una jornada para el olvido para Fernando Alonso, quien, a pesar de contar con un Renault muy mejorado, volvió a quedarse fuera de los puntos como consecuencia de una pésima decisión de su equipo al hacerle entrar en los boxes en la séptima vuelta, cuando iba segundo, y recuperar la pista en última posición justo en el momento en que el safety car (coche de seguridad) se retiraba. Más dramática aún fue la situación que vivió Ferrari: por primera vez desde 1981, sigue sin puntuar en la tercera carrera (Didier Pironi lo hizo ese año en la cuarta).
El GP de China confirma la calidad de Vettel, protegido de Schumacher
Disputadas tres carreras, Ferrari sigue sin puntuar, lo que no ocurría desde 1981
El Gran Premio de China estuvo marcado definitivamente por la lluvia y por el viento. Las condiciones meteorológicas no ayudaron al espectáculo y le quitaron algunas de las emociones más intensas de cualquier carrera, las que se producen en la salida. La lluvia apareció ya por la mañana y no abandonó el circuito de Shanghai en ningún momento hasta que la prueba había concluido. Los coches se alinearon detrás del safety car en la salida y así se mantuvieron hasta la octava vuelta, arruinando las estrategias de los que habían optado por una carga reducida de gasolina. Alonso fue la primera víctima, puesto que su equipo le mandó entrar en los boxes cuando todavía le quedaban alrededor de cinco o seis vueltas de combustible.
"La teoría nos dice que, si el safety car aguanta mucho rato en la pista, el primero que entra en los boxes sale favorecido", explicó Alonso; "si hubiera aguantado diez vueltas más, la situación habría sido muy buena para mí. Pero, cuando salí del pit-lane, anunciaron que el coche de seguridad abandonaba la pista. Y, de golpe, de ser segundo pasé a ser el último. Mi carrera, prácticamente, había terminado".
Vettel y Webber aguantaron hasta la 14ª vuelta, cuando iban líderes, y regresaron a la pista en la tercera y la sexta posición respectivamente. Era la diferencia con lo que podría haberle sucedido a Alonso. Sin embargo, la suerte se alió con ellos esta vez. Aquél era el momento en que los Brawn de Button y Barrichello debían marcar la diferencia y, aprovechando su mayor carga de gasolina y el menor desgaste de los neumáticos extremos, adquirir la ventaja suficiente para salir líderes del primer repostaje. Pero, cuando iniciaban su escalada -Button llevaba 14 segundos a Barrichello, 15 a Vettel y 33 a Webber-, el BMW de Kubica embistió por detrás y se subió encima del Toyota de Trulli. Fue un accidente aparatoso que dejó secuelas en la pista y obligó a una nueva entrada del coche de seguridad.
Y fue también un desastre para los Brawn, que tuvieron que entrar de inmediato a los boxes y perdieron toda la diferencia que podía darles la victoria. Button regresó a la pista por detrás de Vettel y por delante de Massa, Webber, Raikkonen, Hamilton y Barrichello. Alonso era entonces el 13º, a 41 segundos. La carrera había quedado bastante definida. Y habría supuesto un excelente resultado para Felipe Massa -fue el mejor mientras estuvo en la pista, adelantando desde la 13ª posición hasta la tercera, junto a un espectacular Hamilton- si su coche no se hubiera parado en la 21ª vuelta con problemas eléctricos.
Después siguieron algunas salidas de Button debidas básicamente al desgaste de sus neumáticos, un adelantamiento de Webber al británico con una superioridad increíble, algunas piezas brillantes de Alonso y Hamilton y el hundimiento de Raikkonen -el de McLaren le pasó tres veces-. Y, sobre todo, llegó la confirmación de la calidad de un Vettel que parece seguir los pasos de su protector, Michael Schumacher.
Vettel dio la primera pole y la primera victoria a Red Bull. E hizo justicia a un hombre en la sombra: Adrian Newey, probablemente, el mejor diseñador de la F-1.
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