"Todo nos salió mal"

Si uno se atiene a las declaraciones de Flavio Briatore y Fernando Alonso, la situación no es tan mala. Los dos componentes del equipo Renault aseguraron ayer, tras quedar fuera de los puntos del Gran Premio de China, que el R29 ha mostrado una mejora tan sustancial que les sitúa sólo por detrás de los Brawn y los Red Bull, los únicos que han ganado este año. "Pudimos ser quintos", afirmó categóricamente el director de la escudería Renault; "cuando Alonso hizo el trompo en la parte final de la carrera, estaba intentando adelantar a Kovalainen y lo habría hecho. Y Heikki acabó en quinta posición".

Tal vez las cosas no habrían rodado de una forma tan lógica porque en una carrera con agua y safety car la lógica suele desaparecer. Pero su planteamiento tiene visos de realidad. "Sin embargo, todo lo que podía salir mal salió mal", agregó Alonso al analizar la carrera. El primer error del equipo fue ordenar al español entrar en los boxes a repostar y cambiar los neumáticos en la séptima vuelta, pensando que el coche de seguridad no desaparecería de la pista hasta pasadas al menos 10 o 15 vueltas porque las previsiones de lluvia seguían indicando que no pararía en los siguientes 30 minutos. "¿Nos equivocamos?", se planteaba Alonso; "quizá. Pero era imposible saber qué iba a pasar. Si el safety car hubiera seguido unas cuantas vueltas más, la estrategia nos habría permitido meternos en una situación excelente. Pero, cuando al salir del taller, anunciaron que se iba en aquella vuelta, me di cuenta de que todo se había acabado. De ser el segundo pasé a ser el último".

El piloto: "¿Nos equivocamos? Quizá, pero era imposible saber qué pasaría"

El cambio del difusor y la jubilación del KERS ha dado alas al coche, según la escudería

Además, los problemas se multiplicaron porque, con 19 coches delante y la intensa lluvia que estaba cayendo, la visibilidad se convirtió en casi nula. "Era imposible intentar algo. No veía nada. No sabía si tirar por la derecha o por la izquierda. No podía adelantar, aunque era evidente que era mucho más rápido que los coches que me precedían. Pero es lo que hay: debes ir a 300 kilómetros por hora sin ver nada y angustiado para que el de atrás no te coma o que tú no embistas al de delante", explicó Alonso.

Las cortinas de agua que levantaban los coches hacían estragos. Y provocaron no pocos incidentes. El más importante fue un accidente entre Robert Kubica y Jarno Trulli. El polaco alcanzó por detrás al italiano y casi le pasó por encima.

Aquello provocó otra entrada del safety car. Pero entonces las posibilidades de Alonso eran ya nulas: iba 13º, a 41 segundos del líder. Tras adelantar a Nakajima y Buemi, pareció que tenía opciones de entrar en los puntos. Y trató de agotar sus posibilidades tras el segundo repostaje atacando a fondo para superar a Kovalainen. Pero un trompo se lo impidió y le relegó de nuevo de la séptima a la 13ª posición.

"Le saqué mucho tiempo en una vuelta y sabía que debía adelantarle cuando mis neumáticos todavía ofrecían su mejor rendimiento. Así que intenté pasarle al principio de la recta. Pero el coche se me fue", reconoció el bicampeón mundial.

Los puntos se escaparon y Alonso sigue con los cuatro que logró en la primera carrera, en Australia. Eso no era precisamente un buen final. Estaba decepcionado. "Es demasiada penitencia salir de aquí con las manos vacías. Pero creo que tenemos coche para estar quintos o sextos en condiciones normales", dijo. En este sentido, Briatore agregó que el cambio del suelo y del difusor -aunque no es el que llegará en Barcelona- y la jubilación del KERS ha dado alas al R29: "La mejora es muy grande. Mucho más de medio segundo por vuelta. Creo que Brawn GP nos lleva ahora una décima y que sólo ellos y los Red Bull nos superan. No veo a ningún otro coche mejor que nosotros. Ni McLaren ni mucho menos Ferrari. Espero que podamos demostrarlo en la próxima carrera, en Bahrein".