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Gran Premio de China de Formula 1

El genio del diseño

Newey (Red Bull) plantó cara a Schumacher con sus ideas y suma 103 triunfos

No es extraño que el director de uno de los mejores equipos del paddock dijera una vez: "No sé si es mejor fichar a Adrian Newey o a Michael Schumacher". Esos dos nombres han sido los grandes protagonistas de las últimas décadas de la fórmula 1. Schumacher ganó siete títulos, pero Newey le impidió con el diseño de sus coches que su palmarés creciera aún más. Hasta tal punto llegó a ser molesto para los de Maranello que Ross Brawn, actual propietario y polémico diseñador de los coches que lideran el Mundial, acusó a Newey de "rozar la legalidad y tal vez traspasarla" en los McLaren que dieron dos títulos a Mika Hakkinen en 1998 y 1999.

Newey, de 50 años, consiguió ayer que sus coches volviera a ganar. Fue su victoria personal 103 en la F-1. Y no fue extraño porque este ingeniero británico, considerado el mejor diseñador del paddock, suele triunfar de forma espectacular las temporadas en que se producen grandes cambios de reglamentación.

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Así ocurrió en 1998, cuando se abandonaron los neumáticos slicks y se pasó a los rayados y el coche se estrechó 20 centímetros. Llevó a McLaren al triunfo a pesar de que acababa de llegar. Las palabras de un resentido Patrick Head, director técnico de Williams, no fueron precisamente premonitorias. "En Williams debemos ser capaces de luchar contra McLaren con Newey. Es un ingeniero muy capaz y estoy seguro de que mejorará sus propias habilidades. Pero dudo de que triunfe con Dennis", había dicho.

En aquella escudería transcurrió probablemente la parte más importante de la vida profesional de Newey. Cuando llegó a Williams, tenía un cum laude en aerodinámica y astronáutica y algunas experiencias irrepetibles con los equipos Fittipaldi y March y en la fórmula Cart norteamericana. Había conseguido que Bobby Rahal declarara que era el mejor ingeniero que había tenido después de lograr tres victorias en las 500 Millas de Indianápolis. Y en 1990 Head decidió que había llegado el momento de abrirle las puertas de un gran equipo de F-1.

El accidente de Senna

Allí ideó el FW 15 C, con motor Renault, considerado uno de los coches más avanzados de todos los tiempos, y fue dando forma a su personalidad agresiva, que le llevó a diseños atrevidos y ganadores. Con sus Williams, Nigel Mansell (1992), Alain Prost (1993), Damon Hill (1996) y Jacques Villeneuve (1997) fueron campeones del mundo. También con uno de sus Williams se estrelló Ayrton Senna en Imola y falleció en 1994, por lo que fue acusado, y absuelto, de manipular la barra de dirección. Ganó también cinco títulos de constructores porque Schumacher dio a Benetton el de 1994 y el de pilotos de 1995. Pero en 1997 las diferencias con Head le llevaron a fichar por McLaren. Se especuló que firmó por dos millones de libras al año. Entonces tenía ya buenos avales: títulos, la innovadora suspensión activa controlada por ordenador del Williams de 1992 y su obsesión por la aerodinámica y el efecto suelo, base de su tesis doctoral, sacrificando incluso la comodidad de los pilotos.

Newey dejó en McLaren los dos últimos títulos de pilotos (con Hakkinen) antes del de Hamilton en 2008. Pero la oferta de Red Bull le hizo cambiar. "Necesitaba un nuevo desafío, algo con lo que ilusionarme", confesó. Con la vuelta a los slicks, la reducción aerodinámica y el KERS, realizó un diseño "agresivo, diferente de todo lo que se ha visto hasta ahora". "He disfrutado con los grandes cambios de la reglamentación", concluyó. Y uno de sus coches, diseñado aún a mano, volvió a ganar.

Adrian Newey.
Adrian Newey.

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