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Reportaje:

Atraco en tres minutos

Los ladrones de bancos se pasan a los 'alunizajes' para asaltar comercios

Las vitrinas de las tiendas se han vuelto frágiles para los delincuentes. En lo que va de año han destrozado una veintena de lunas de ópticas, perfumerías, joyerías y tiendas de lujo. El alunizaje (robo mediante la rotura del cristal de un escaparate) se ha convertido en una epidemia para los comerciantes de la región. Más de la mitad de los robos se han hecho empotrando un coche contra las vitrinas.

La policía está convencida de que los autores forman parte de un mismo grupo. La unidad de la policía nacional que investiga estos delitos considera que la banda que atracó a principios de marzo una oficina del BBVA en Las Tablas, apoderándose de 12.000 euros, es la misma que perpetró el alunizaje en la tienda Loewe, en la llamada milla de oro, del barrio de Salamanca.

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Ya no actúan como aluniceros al uso. Los atracadores han abandonado la noche, su hábitat natural, y no dudan en asaltar comercios con los empleados o clientes dentro. Actúan de manera diferente, pero son los mismos. "Los aluniceros mutan", reconoce una fuente policial.

Pero su método permanece. Lo explica uno de los expertos en la lucha contra los aluniceros de Madrid, el jefe de la Sección de Delitos Violentos, el inspector jefe Dionisio Martín: primero roban un vehículo potente, preferiblemente con las llaves puestas; después lo llevan a un barrio donde un coche de alta gama pase inadvertido y lo aparcan. Si durante dos o tres días la policía no lo detecta, está listo para ser utilizado. En la preparación del golpe se han distribuido el trabajo que harán dentro del local, y la acción no dura en general más de tres o cuatro minutos.

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Otro de sus puntos fuertes es la logística. Cuentan con varios pisos en los que esconderse y donde a veces dispersan lo robado. Algunos pisos se encuentran en Villaverde, donde suele haber un gran trasiego de personas. También cuentan con naves para guardar la mercancía robada o cajas de seguridad en las que esconder el dinero. Algunas operaciones policiales han dado con ingentes cantidades de billetes en bancos de la capital.

Los robos suelen realizarse por encargo. Bolsos, perfumes, joyas, relojes o complementos de lujo. Recibida la petición, el cabecilla busca ayudantes. No siempre son los mismos. "Las bandas de aluniceros no son grupos criminales organizados. Actúan juntos en algunas ocasiones y luego se separan", continúa el inspector Martín. No es difícil encontrar compinches.

En general son jóvenes. Rondan los 25 años y vienen de barrios como Villaverde, Puente de Vallecas, Villa de Vallecas o Usera. Para llegar al alunizaje han pasando otras etapas: pequeños hurtos, menudeo de drogas, robo de vehículos o incluso algún atraco. Todo para ganar "prestigio delincuencial", según fuentes policiales. "La mayoría se conocen", explica un veterano policía del sur de Madrid. Uno de los principales graneros son los gimnasios: allí se encuentran, entablan amistad y se proponen los golpes.

"No tienen problema en usar la violencia si son sorprendidos o en jugarse la vida en una persecución a 200 kilómetros por hora", advierte Dionisio Martín. En más de una ocasión, han destrozado coches policiales a los que no dudan en embestir si bloquean su huida. Según Martín, la mayor parte de los aluniceros comparte un rasgo común: no se detienen ante nada. No en vano, en muchas ocasiones actúan por retos: "Apuestan que serán capaces de asaltar cinco tiendas en una noche y tratan de hacerlo", añade.

Su continua adaptación no sorprende a la policía. Ahora son bancos a plena luz del día para obtener dinero fácil. Antes fueron tiendas de lujo por la noche. Pero años atrás eran fábricas, almacenes, centros comerciales u hoteles. "Han ido variando en su forma de actuar en tanto que hemos ido estrechando la vigilancia sobre ellos", asegura el jefe de la UDEV. De hecho, desde julio de 2005, el grupo especializado en alunizajes ha realizado más de 150 detenciones que han permitido resolver cerca de 700 delitos. En ocasiones, las mismas personas han sido arrestadas tres, cuatro e incluso cinco veces. La policía no da datos sobre el número de alunizajes de los últimos años.

Los agentes no descartan que haya cooperación con otros grupos de delincuentes. Si tradicionalmente los aluniceros eran comandos formados por españoles y, en ocasiones, algún magrebí, ahora podría darse que estuviesen colaborando con bandas de ciudadanos del este de Europa.

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