"Hay que seguir así"

Más allá de la goleada a un equipo con la soga de Segunda al cuello, Abel Resino degustó con fruición que Leo Franco se fuera por segunda vez imbatido desde que es su entrenador. "Dependemos de nosotros mismos, siguiendo este camino nos meteremos en la Champions", rugió el técnico manchego al término del encuentro. Si alguien se mereció su reconocimiento, ese fue Banega, que cambió el aire del partido en un visto y no visto. "Ha movido bien al equipo y ha dado fluidez al juego. Queríamos atacar mucho más y lo conseguimos. Él juega cerca de las puntas, tiene buen pase y además hizo un gol muy bonito", le alabó Abel.

"Fue una victoria muy importante para volver a estar en las primeras posiciones. Pero habrá que tener mucho cuidado, pues no se ha conseguido nada. Hay que seguir trabajando", estimó Banega, el héroe de la noche. Perea también tuvo palabras para el mediocampista argentino cedido por el Valencia: "Gracias a él le hemos dado una alegría a la afición. Tuvimos paciencia y al final llegó el gol, que permitió que lográsemos un marcador más amplio. A partir de ese instante tuvimos más espacios y el equipo estuvo mejor".

Pacheta, el preparador del Numancia, no compartía la opinión de los portavoces rojiblancos. "Estoy indignado con el árbitro, lo que ha pasado es tremendamente duro para el Numancia... Vas perdiendo 1-0, consigues meterte en el partido con un gol de Barkero y te lo guindan", se lamentó el entrenador del conjunto soriano. "No he visto el gol anulado a Barkero, pero aun así creo que mi equipo, por ocasiones de gol, ha sido superior. Hay que seguir así, aunque no quiero quitar mérito al trabajo defensivo que ha hecho el Numancia", regateó Abel a los medios.

Fue el final feliz a una tarde que empezó encendida. Un nutrido grupo de aficionados contrarios a la gestión del presidente del Atlético, Enrique Cerezo, y del consejero delegado, Miguel Ángel Gil Marín, cargó contra el palco del Calderón con cánticos de lo más variado cada 15 minutos. "Yo no he escuchado nada", comentó irónico Cerezo. "Hemos acabado con el maleficio que decía que siempre perdíamos el Día de las Peñas", se despidió Abel.