"¡Esta terminal es grandiosa!"

La Terminal 1 del aeropuerto de El Prat va quemando etapas a pocas semanas de su inauguración, prevista para este verano. Ultimando los detalles para culminar la construcción e inmersa en periodo de pruebas -acabarán el 28 de mayo-, la T-1 abrió ayer las puertas para recibir a los visitantes de la primera de las seis jornadas que celebrará la gestora AENA para presentar la nueva instalación.

La terminal está casi acabada: excepto las tiendas, aún en obras, y los lavabos, cerrados -lo que creó alguna incomodidad entre los visitantes-, todo parece a punto para que el primer avión despegue.

"Cuando se inaugure, volveré para tomar un vuelo", aseguraba Mónica Prada tras pasear unos minutos por la terminal. Los visitantes, que se inscribieron por teléfono, expusieron una conclusión unánime: la T-1 es enorme. "Me la esperaba más pequeña, es grandiosa", comentaba sorprendido Jordi Cano.

Al entrar por el acceso principal, todos se quedaban asombrados ante la inmensidad de la instalación. Para confirmar sus sensaciones, los guías que les acompañaba repetían los datos que permiten hacerse una idea de la extensión de la obra: más de medio millón de metros cuadrados, lo que equivale a 82 campos de fútbol.

Pasa a la página 3La apertura de la terminal está prevista para este verano, y tendrá capacidad para 90 operaciones aéreas a la hora. "Es impresionante", resumía Albert Castaño, un viajado visitante que situaba la nueva terminal a la altura de otros grandes aeropuertos: "Su tamaño me recuerda al de aeródromos de primer nivel, como los de Shanghai y Hong Kong. Es el primer paso para tener destinos internacionales". El objetivo principal de los gestores del aeropuerto es, precisamente, situar El Prat como un lugar de referencia para vuelos intercontinentales. De entrada, se prevé que pasen por la terminal 30 millones de pasajeros al año.

La T-1 está organizada para que el camino del viajero sea recto: a la entrada, las máquinas y los mostradores para facturar; algo más adelante, los 10 arcos de seguridad, que forman una gran barrera hasta el brazo más largo del edificio, que engloba la mayoría de los comercios y las puertas de embarque que desembocan en los aviones. "Tiene una estructura muy práctica y funcional", sostenía Eusebio Rodríguez, otro de los visitantes. Todo con grandes espacios y vistas a las pistas del aeropuerto, y decorado con un verde pálido que agradó, por ser "claro y relajante", a Fructuosa Amaro, una de las participantes en la jornada.

La T-1 celebrará hoy su segundo día de puertas abiertas; los próximos serán los dos últimos fines de semana de mayo, para los que aún quedan plazas. Los primeros inscritos -ayer los visitantes fueron 500 y en total pasarán 3.000 personas por la terminal en estas jornadas- gozaron de un paseo que a algunos les pareció corto: poco más de media hora para ver unas instalaciones que volverán a pisar cuando ya estén en servicio.