IPC, precios y crisis
Leo en la prensa que el IPC es del - 0,1% y que los economistas se preocupan de la posible entrada en deflación. Permítanme que les exponga lo que me dice mi sentido común:
La crisis se terminaría instantáneamente si las cosas tuvieran el precio que deberían tener, o sea, el que tenían antes de la entrada del euro y de la burbuja inmobiliaria. Así de simple. Si un café valiera 60 céntimos, una caña de cerveza 70 céntimos, un menú cinco euros, una cena en un restaurante 22 euros, un litro de gasolina 70 céntimos y un piso medio en Madrid o Barcelona 130.000 euros, nadie hablaría de crisis.
Además, lo de la deflación no me cuadra, porque los precios de la informática y de la electrónica de consumo, por poner un ejemplo, no han dejado de bajar en los últimos 20 años, y no por ello se ha frenado su consumo. Quien necesita un ordenador para trabajar, se lo compra cuando le hace falta, no se espera a que bajen más.
Si las viviendas no se venden es porque la demanda especulativa se ha parado en seco, naturalmente.
Yo no soy economista, pero visto lo que aciertan últimamente, estoy convencido de que mi opinión tiene tanto valor como la de cualquiera.
Eso sí, nosotros también tenemos parte de la culpa, porque el primer día que nos cobraron un euro por un café, tendríamos que habernos largado del bar y dejado el café en la barra. Yo ya hace tiempo que he dejado de ir a los bares, harto de enfadarme cada vez que me traían la cuenta.
Señores del Gobierno: acaben con la economía especulativa, ahora que pueden (hay leyes que en otros contextos económicos serían impensables). Y si no lo hacen, dimitan y que lo hagan otros. ¿O para qué creen que les pagamos.
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