Un turista pasa cinco días en la cárcel al ser confundido con un preso
De turista en Granada a preso cinco días en el centro penitenciario de Albolote. Juan Enrique Tena Martín, 30 años, no olvidará la Semana Santa de 2009. Natural de Badajoz, pero residente en Madrid, donde trabaja de funcionario, llegó a Granada el miércoles santo y de madrugada fue detenido en el hotel en el que se hospedaba junto a un amigo. Eran las 6.30. Nada más salir de la habitación fue esposado por dos agentes. Seis horas más tarde ya estaba en prisión.
Un error de identificación fue el que fastidió, y de qué modo, las vacaciones de este pacense. No tiene antecedentes ni causas pendientes. Su delito fue compartir el primer apellido con un penado contra el que había dictado anteriormente la Audiencia Nacional una orden de busca y captura. El 23 de febrero la orden cesó porque el condenado, Israel Tena Martí, se entregó y está interno en la prisión de Castellón. Ni el nombre, ni el segundo apellido, ni la fecha de nacimiento, ni el DNI coinciden, pero hasta cinco días después nadie enmendó el error.
"No podía dar crédito a lo que ocurría y aún no me han dado una explicación, no me han pedido disculpas", lamenta. Tras su detención, ingresó en los calabozos de la Jefatura de Policía Nacional. Allí varios funcionarios se percataron de que no tenía antecedentes policiales, pero se debió pasar por alto porque, pese a insistir en su inocencia, le informaron de que su detención se debía a una orden de busca y captura e ingreso en prisión dictada por la Audiencia Nacional. Así se informó a la juez de guardia.
Días festivos
La titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Granada, Aurora Fernández, recibió la información con los datos del joven y dictó el auto de ingreso en prisión el jueves. Acto seguido, Juan Enrique fue trasladado a la cárcel de Albolote "en calidad de penado", tal y como avanzó ayer La Opinión de Granada. Como eran días festivos no pudo verificar la juez que se trataba sólo de un turista.
"Nadie comprobó que no tenía antecedentes, no me escuchaban, me denegaron el hábeas corpus y ningún letrado me asistió", recuerda. Fue el compañero de viaje con un abogado de Extremadura el que permitió a través de dos letrados granadinos que se deshiciera el entuerto el lunes.
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