Todo para el abuelo
Una cadena de tiendas busca hacer llevaderos los problemas prácticos de la edad
Clint Eastwood pone cara de póquer cuando, en Gran Torino, su hijo le regala un teléfono con números gigantes y un agarrador de mango largo. Afortunadamente para el fundador de Mundoabuelo la mayoría de ancianos no son tan duros como Walt Kowalski, el obrero jubilado, veterano de la guerra de Corea, al que Eastwood da vida en la película.
La lógica de Mundoabuelo, es simple: los mayores de 75 años representan el 8,6% de la población, según el padrón de la ciudad de Valencia, pero no suelen contar con utensilios que les permitan ser más autónomos. La tienda de Valencia (las hay también en Alicante, Castellón y Vinaròs), situada al final de la calle de Ciscar, ofrece artículos convencionales: camas geriátricas, sillas de ruedas, andadores, bastones. Pero también una amplia gama de objetos para hacer más llevaderos los problemas de la edad.
Los mayores de 75 años representan en Valencia el 8,6% de la población
Hay tijeras para una sola mano, abrochadores de cordones...
Hay tijeras para usar con una sola mano. Tijeras con asa extralarga para que las personas con "movilidad limitada" de los brazos alcancen las uñas de los pies. Abrochabotones. Cordones flexibles que sólo hace falta atar una vez. Lavacabezas hinchables para quienes pasan temporadas encamados. Un aparato anti-ronquidos (que, si funciona, convendría extender a otras edades). Abrelatas a prueba de cortes. Calendarios de pastillas, incluido uno que avisa de las tomas. Enhebradores de agujas. Barajadores de cartas. Lupas que se acoplan al pecho, para coser o leer. Apretadores de tubos dentífricos, y muchos otros artilugios.
María José Cervel, copropietaria de Mundoabuelo Valencia (a la tienda original, en Reus, le han seguido otras 15 en España, la mayoría franquicias), dice que cada vez se acerca más gente a buscar detalles. "En vez de regalar la típica colonia o el típico cinturón, hay quien prefiere regalar un teléfono con las fotografías de los nietos en los números memorizados". Se acercan cuidadores que buscan mejorar su calidad de vida; "compran por ejemplo sillas de tránsito para no dejarse la espalda cargando todo el día con la persona dependiente".
Hay otra clase de clientes que ni son mayores ni cuidan dependientes: ¿A quién no le gustaría tener una esponja de mango largo para frotarse la espalda en la ducha sin esfuerzo?, pregunta Cervel. Y las pesas de rehabilitación, añade, son las mismas que se usan en pilates.
Los familiares suelen ser los más compradores. A los ancianos les gusta probar de primera mano los artículos y, a juzgar por una pareja que se ha acercado esta tarde a buscar un andador, piden más descuentos.
Mundoabuelo guarda en su gran almacen de Tarragona más de 4.000 artículos, que pueden consultarse en el catálogo de la web. "Aquí tenemos muchos menos por cuestiones de espacio. Nuestra idea, si esto funciona, es montar una tienda de 200 metros cuadrados. Como un Hábitat pero de Mundoabuelo", comenta.
La ampliación se encuentra por ahora lejos. La crisis quizá ha afectado menos a la tienda que a otro tipo de establecimientos, pero también la ha afectado. "Mucha gente viene, pregunta precios y se marcha, cuando antes te decían: 'llevaba dos años buscando esto', y se lo llevaban", explica Cervel. "El negocio funciona, pero ahora hay muchas necesidades, y a los jubilados no suele sobrarles el dinero".
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