Guillerme Vázquez y Aymerich lanzan la batalla en el BNG

Designado por la UPG para optar a la portavocía nacional del BNG, Guillerme Vázquez, que en la actualidad desempeña el cargo de concejal de Seguridade Cidadá en el Ayuntamiento de Pontevedra, se planta en medio del maremoto que sacude a su formación reivindicando una vuelta a los orígenes para "salir de este ensimismamiento". "El BNG es nacionalismo y no otra cosa", advierte.

En base a esta premisa apunta dos "tareas fundamentales": por un lado, a nivel organizativo, la apuesta por una formación "democrática, participativa y básicamente activa". Una organización con "más decisión colectiva y menos peso unipersonal" y, sobre todo, con "más contacto entre las bases y la dirección". Por otro lado, el partido debe definir "a quién se dirige" y, en este sentido, Vázquez tiene claro que resultan prioritarios, al margen de hacerse más presente ante la sociedad en general, "los asalariados, autónomos, pymes" y aquéllos que no ven la respuesta en el neoliberalismo y buscan "un mundo más equilibrado", más justo en lo social y en lo económico.

Aymerich garantiza que el Bloque no se romperá por haber tres candidatos

A partir de ahí, afirma, "todos somos importantes y la dirección la conformamos entre todos". Ante una posible alianza con los quintanistas o Encontro Irmandiño, las otras corrientes del BNG, mantiene que "yo estoy en una línea, la mía". Sostiene que las propuestas no pueden quedar en "simple declaración de intenciones" y reconoce que no estuvo "muy conforme con la dirección en los últimos tiempos". Echa de menos, dice, "que cada candidato no vaya con su propio programa" a la próxima asamblea nacionalista. E insiste: "Hay que escuchar". Por ello, aunque aboga por inyectar "nueva savia" al partido, reconoce que "nadie es excluible, pero nadie es imprescindible".

Confía en que el proceso de renovación que ha iniciado el Bloque y del que saldrá la nueva línea política de la formación, sea positivo. Dentro del BNG "todo es discutible", subraya, pero teniendo presente que habrá que apostar por lo que "la mayoría acuerde". Después, será necesario intensificar el contacto "entre la dirección y la base afiliada". Una base que "hay que incrementar", señala.

Y no pasa por alto el nuevo contexto político que debe afrontar el Bloque tras sortear "una salida del Gobierno, la pérdida de apoyo social, la crisis económica y de los sectores productivos o la ofensiva de la derecha y del españolismo", donde abunda, asegura, "la intolerancia y que persigue eliminar el nacionalismo". Aunque lo peor, concluye, "es querer ser lo que no somos". Lo que define como un partido de izquierda "entendida como tal y no como un izquierdismo infantil".

Carlos Aymerich, candidato a la portavocía nacional de la plataforma Máis BNG: O cambio necesario, que agrupa al sector quintanista de la formación, no descartó ayer la presentación de una candidatura conjunta con la UPG, pero "los acuerdos, de darse, tendrían que darse en el propio plenario" de la asamblea extraordinaria que se celebrará el próximo 10 de mayo. Aymerich apostó por que sean la militancia y los delegados "los que decidan quién es el mejor portavoz y cuál el mejor proyecto para esta organización". El BNG, aseguró, "no se va a romper porque haya tres candidaturas" (las dos citadas más la de Xosé Manuel Beiras, por Encontro Irmandiño) con proyectos de cambio diferenciados.