"El espíritu de La Pepa nos hizo distintos"

Esta joven abogada tuvo muchos problemas hace 10 años para conciliar trabajo y maternidad. La abogada se llamaba María Luisa García Juárez y estaba embarazada de Blanca, su primera hija. "No sabía cuándo iba a nacer. Llevaba juicios muy importantes y había falta de sensibilidad hacia mi estado", recuerda.

"Cuando nació Blanca tuve un juicio. Lo único que pedí fue un aplazamiento por escrito. Y me dijeron que no. Ahora hay muchas más abogadas que abogados en ejercicio. Tener un hijo es algo que debe ser tenido en cuenta", comenta García Juárez, que es directora-gerente del Consorcio para la Conmemoración del II Centenario de la Constitución de 1812.

El puesto parece creado a su medida. No en vano el grupo de valientes de España y América que promulgó la Constitución de Cádiz luchaba por la igualdad. La Constitución de 1812, conocida popularmente como La Pepa (fue proclamada el Día de San José), estableció la igualdad ante la ley de todos los españoles.

La abogada dirige el consorcio del bicentenario de la Constitución de 1812

"La Pepa representa un grito de libertad y el nacimiento de la modernidad en este país. El espíritu de La Pepa hizo distintos a los españoles. Además, La Pepa es un nombre femenino, por lo que me identifico con ella mucho más", afirma García Juárez, que debe buscarle 25 horas al día para que toda su familia esté contenta. A Blanca se añadieron dos mellizos que tienen ya dos años y medio.

En la cervecería La Marea, uno de los principales lugares de encuentro de Cádiz, han puesto en la mesa unas almejas exquisitas. García Juárez reparte en cada plato un arroz en salsa verde que tiene una fama merecida. Ha llegado la lluvia a la ciudad. Frente a la cervecería, la playa Victoria es una lámina amarillenta que contrasta con el mar hosco de un día de perros.

García Juárez es licenciada en Derecho Público por la Universidad de Sevilla y, entre otros trabajos, participó como letrada, a partir de 1998, en el programa de ayuda a mujeres víctimas de malos tratos, violencia doméstica y machista. "Queda mucho por hacer. Ningún país civilizado puede prescindir profesional ni políticamente de las mujeres. Somos más de la mitad de la población", comenta García Juárez, "pero la igualdad está en los papeles, no en la vida real", afirma.

"Esta sociedad no se puede permitir el lujo de que no tengamos niños. El Estado debe garantizar que el nacimiento de niños no entorpezca el desarrollo profesional de las personas", agrega García Juárez, que procede de una familia numerosa. "Éramos seis hermanos. Criarme en una familia numerosa me ha hecho valorar más las cosas, ser consciente de lo que es compartir, ser más responsable...", explica la abogada, que fue presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias de Cádiz entre 1997 y 2000.

Pero eso es ya casi prehistoria. García Juárez se ha tomado por misión, ahora mismo, conseguir que nuestra sociedad aprenda constitucionalismo. "La Constitución de Cádiz es progreso y modernidad. Y queremos que Cádiz y San Fernando vuelvan a ser el centro del debate". Termina el almuerzo. La lluvia da un respiro. García Juárez regresa a su trabajo. Cádiz, la ciudad más antigua de Occidente, perpetúa su sueño de libertad e igualdad.