"Mi madre quería morirse, pero se aferraba a la vida"
El escritor Alfons Cervera (Gestalgar 1947) aborda en Esas vidas (Montesinos, 2009) su libro más crudo, en el que desborda primero y jerarquiza con la paciencia de un orfebre después las sensaciones de año y medio de compartir una agonía casi perseguida por su madre. Un periodo en el que vida y muerte se confunden y en el que descubre que su padre estuvo condenado a 12 años de cárcel tras la Guerra Civil, hecho que nadie le refirió nunca.
Pregunta. Acaba de entregar al lector una obra desoladora.
Respuesta. Es que la muerte es triste. Toda muerte es triste. Y como quien se está muriendo en este caso es tu madre y has decidido vivir todo el tiempo que le quede con ella, evidentemente, hay un poso de tristeza.
P. De tristeza y de rabia.
R. Si me preguntaran una palabra que definiera el libro no sería ni triste, ni desesperado, ni amargo, ni rabioso. Sería paradójico. Vida y muerte. Mi madre quería morirse, pero se aferraba encarnizadamente a la vida..., y miraba la fecha de los yogures.
P. ¿También hay reproches?
R. Otra paradoja es el afecto y el enfrentamiento. No entiendes la muerte y no entiendes los prolegómenos de la muerte. Todo tiene su sintaxis, y esa sintaxis de convivir con alguien que está en ese tránsito la ignoras totalmente. Cómo te ríes y al minuto siguiente estás desesperado.
P. ¿Prefería una muerte rápida, como la de su padre?
R. Es otra paradoja. Yo he pasado por las dos y al final es lo mismo: la muerte, la tristeza, el vacío, la ausencia. Pero al final de este trayecto he tenido ocasión de conocer a mi madre, la historia de mi familia. Ha sido año y medio de descubrimiento.
P. ¿A pesar de su silencio?
R. A pesar. Yo creo que era consciente cuando estaba con esa mirada casi de perro apaleado de que con solo el detalle de levantar la mirada, y mirarte y que la miraras, comunicaba más que con la voz.
P. ¿Qué le aporta a lector?
R. Por una parte lo que pueda tener de conocimiento transmitido. Pero el principal objetivo es que la manera en cómo está contada la historia desde el punto de vista de la estructura, del lenguaje, sea bien recibida.
P. ¿Es quizá el libro en el que más se desnuda?
R. Todos los libros parten de uno mismo. Este libro, como todos los míos, y este seguramente más, se escribe como una borrachera de escritura. Desde el momento que decido escribir ya no paro. Vivo para el libro. Y es cuando lo termino, cuando tengo que recuperarlo. Y allí es cuando estructuro, cuando categorizo las historias. En esta novela ese trabajo ha sido mayor, tenía que estar valorando por una parte el peso de la propia escritura, y al mismo tiempo la historia sentimental, afectiva. Cuando trabajas con personajes de ficción, aunque siempre tienes referencias, te sientes más libre. Es mi libro más difícil porque yo conozco a los personajes.
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