San Rafael del Río: golf y gallinaza

Las tres patas sobre las que se asentaba el futuro turístico de la provincia de Castellón eran el parque temático Mundo Ilusión, que el Consell ha dejado aparcado sine die; el aeropuerto, que se ha quedado sin uno de los atractivos que podía determinar su rentabilidad, y una oferta de golf con más de una docena de campos.

En los últimos cinco años, la Generalitat valenciana únicamente ha aprobado cinco de los proyectos de campos de golf presentados para la provincia de Castellón. Dos en la costa, en Xilxes, y otros tres (de los que uno es una ampliación), en el interior, en la comarca del Baix Maestrat. San Rafael del Río es uno de los municipios que albergará uno de estos campos de golf, de 18 hoyos, alrededor del cual se construirán 2.700 viviendas, de las que un 10% será VPO, sobre una superficie total de 2,3 millones de metros cuadrados, con amplias zonas verdes y suelo terciario.

El pueblo recibirá más de 20 camiones al día de restos para quemar

Pero San Rafael del Río, como resultado de la falta de planificación, es también un lugar en el que se planea la convivencia del turismo de golf y la quema de excremento de gallina.

El mismo día en el que la comisión territorial de Urbanismo aprobaba, de forma definitiva, este programa urbanístico, la Consejería de Medio Ambiente publicaba el inicio del trámite de exposición pública para la construcción, en el mismo municipio, de una planta de valorización de residuos avícolas, es decir, una incineradora de excrementos de gallinas. Medio Ambiente, a petición del Ayuntamiento de San Rafael, informaba también de la solicitud de Declaración de Interés Comunitario, ya que la planta, que realizará también la conversión de los excrementos en energía eléctrica, se levantará sobre suelo no urbanizable común y apenas a 2.000 metros de uno de los extremos del futuro campo de golf.

Según fuentes conocedoras del proyecto, la planta recibirá cada día entre 20 y 25 camiones de residuos de Cataluña y la Comunidad Valenciana. Según las mismas fuentes, este tipo de plantas produce fuertes olores y, en el caso de San Rafael, su capacidad de tratamiento asciende a 124.500 toneladas al año, con lo que quemará más de 300 toneladas diarias.