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Reportaje:

El sonido de una ciudad

Radio Coruña, la primera emisora que dirigió una mujer, cumple 75 años

En 1932 un coruñés, Santiago Casares Quiroga, Casaritos, entonces ministro de Gobernación de la República, autoriza la creación de emisoras de radio sin más condiciones que la concesión administrativa. Aquel mismo año otro coruñés, Francisco Hervada, Pancho, que acostumbraba a comer en el Hotel Palace, traba conversación con un forastero sentado al lado. Era el capitán de un barco al que sólo le quedaba la radio. Pancho decide comprársela. Este fue el inicio de la emisora con más audiencia de Galicia, según cuenta su nieto Ángel Gómez Hervada, en el despacho desde el que dirige Radio Coruña SER.

Entre los trámites administrativos, la puesta en marcha de los equipos y la huelga de la construcción de 1933, la emisora no se hizo realidad hasta el 15 de marzo de 1934, cuando la voz de Nieves Navarro, Loló, dijo: "Aquí EAJ41 Radio Coruña", antes de dar paso al alcalde republicano Suárez Ferrín. "Mi familia acababa de llegar de Cuba, y en la plaza me dijeron que don Pancho iba a abrir una emisora. No sabía ni qué era una emisora, ni lo conocía a él, pero fui a su comercio y me dijo que me presentara en los locales de la calle Fontán", recuerda Nieves Navarro, que no aparenta los 96 que va a cumplir.

Radio Coruña emitió por vez primera con un transistor de barco
Tuvo que cerrar un año para dejar vía libre a las transmisiones nazis

EAJ41 emitía, según la excelente memoria de Loló, de tres a cuatro de la tarde, de seis a ocho y de las diez hasta la medianoche, "que era el tiempo de Enrique Mariñas". "Poníamos ópera y música clásica, leíamos las publicidades, como 'Chocolate Exprés, ¡qué rico es!". A veces iban personas importantes a hablar, pero la mayoría del tiempo decíamos lo que se nos ocurría". Todo por 30 duros al mes, "que era un buen sueldo".

Además del mítico Mariñas, estaban en aquellos locales de Fontán, Clotilde Carnerero, cuñada del propietario, y su hermano Pedro, "que era el que se encargaba de las máquinas". En julio de 1936, a Pedro Navarro fue a buscarlo la Guardia Civil, "pero don Pancho hizo una llamada y dijo que él respondía por todos". Loló dejó la locución cuando se casó, pero lo hizo con honores militares.

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"Durante la guerra leía los partes militares, que venían con la tinta corrida y a veces medio me los inventaba. Tomé yo más cotas que el ejército". Quizás por eso, un día alguien telefoneó y le preguntó "si era la speaker y cómo me llamaba". "A usted qué le importa' y colgué. Llamaron de nuevo y era el capitán general. El que me llamó antes fue su ayudante, me habían concedido la Gran Cruz del Mérito Militar".

Tampoco aparenta sus 91 Rafaela Hervada, Palela para todos, que sucedió a su padre y fue la primera directora de una radio en España. Estudió Derecho en Santiago y quería hacer oposiciones a registros, "pero era la mayor y me tocó ayudar a mi padre. Me metí en la aventura, y me gustó". De aquellos primeros años con su padre recuerda una clausura de cerca de un año, "con no sé qué excusa, pero en realidad para dejar la frecuencia libre para la emisora que los nazis tenían en unos camiones en el monte de Santa Margarita". También que la conexión obligatoria con el "parte" de Radio Nacional al principio era por teléfono. "Y encima Telefónica nos la cobraba a nosotros. Igual que la lata de tener que pasar todos los guiones a censura, para que los autorizaran".

Rafaela Hervada se hizo cargo de la dirección de la que todos llamaban Radio Pancho, que en 1949 se había asociado a la SER, al morir el fundador, en 1964. "Era raro una mujer al frente de una emisora. Pero todo el mundo me acogió bien, quizás les daba lástima", se ríe. "La verdad, me daba un poco de miedo, y me dio hasta el final", dice, a pesar de que con ella llegó la rentabilidad al negocio. "Tuve suerte, porque coincidió con la aparición de la FM".

En 1960, la emisora se había trasladado al actual edificio, el número 3 de la Plaza de Orense. También la familia, incluido un Ángel Gómez Hervada que entonces tenía un año y aprendió a andar correteando por los pasillos de la radio. Quien los coruñeses de siempre conocen como Anca, empezó a trabajar en la emisora a los 25, y la dirige desde hace 20, al jubilarse su tía. Reconoce que en una sociedad tan estratificada como la coruñesa, "a una emisora local le es complicado mantener una entente cordial con todos los sectores, igual que es más fácil ser eurodiputado que concejal de un pueblo, donde te reprochan en la calle cualquier decisión", cuenta.

"Aquí estás un poco vendido si tienes una opinión contraria a La Voz de Galicia, como tuvimos durante 23 años sobre Paco Vázquez", dice sin rodeos el director, que ha creado un grupo que incluye las emisoras de Carballo, Cee y Ferrol, y mantiene dos canales de Localia. "Por lo demás, ya sabes, al medio lo han matado 87 veces y sigue vivo, rápido y ágil", sonríe.

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