General Motors ve posible la suspensión de pagos en 60 días

Frederick Henderson, nuevo consejero delegado de General Motors (GM), dijo ayer que su prioridad es reinventar la compañía sin tener que ir a la suspensión de pagos. Sin embargo, admitió que alcanzar los objetivos marcados por la Casa Blanca es complejo y por eso están preparando los planes para declararse eventualmente en bancarrota antes de que venza el ultimátum.

El grupo de trabajo creado por el presidente Barack Obama para seguir el proceso de reestructuración de la industria del motor en EE UU suspendió el plan de viabilidad presentado por GM y forzó a Rick Wagoner a dejar las riendas. Además, marcó como plazo hasta el 1 de junio para llegar a un acuerdo con sindicatos, acreedores y accionistas para lograr despegar.

El sentido de urgencia es notable en Detroit. "Estamos hablando de semanas o días", dijo Henderson al referirse a las decisiones que se deben adoptar en la capital del automóvil. Y admitió que si en 60 días no se es capaz de pactar rápido cómo reducir la deuda y los costes laborales, el hecho de que se les conceda más tiempo sobre el periodo de gracia "no ayudará al proceso".

"A la vista de lo que tenemos que hacer, la suspensión de pagos es muy posible", remachó el nuevo número uno de GM. Ray Young, su director financiero, dejó claro que no se trata de una liquidación, y reiteró que su responsabilidad es prepararse para que sea corta y limitar los riesgos. GM presentó ayer un nuevo plan de incentivos para cubrir los pagos de clientes en dificultades o en paro.