Berlusconi exige más poder en Italia

Silvio Berlusconi fue elegido ayer presidente del Pueblo de la Libertad (PDL) a mano alzada y por unanimidad de los casi 6.000 delegados. El nuevo partido, que aglutina los restos de Forza Italia y Alianza Nacional, cerró su congreso fundacional a la búlgara y con otro discurso del líder único. El jefe de Gobierno italiano dijo que reformará la Constitución para "reforzar los poderes del primer ministro" y anunció que será el cabeza de lista del partido a las elecciones europeas.

"Por desgracia, el primer ministro de Italia no tiene los mismos poderes que los de las grandes democracias", explicó Berlusconi dirigiéndose a los "periodistas extranjeros" presentes. "Los poderes son casi inexistentes, poderes falsos, y el Gobierno no puede intervenir con prontitud. Decide el orden del día del consejo, pero no puede ni destituir a los ministros. Y el Estado es dramáticamente lento".

El centro-derecha pide mayores atribuciones para el primer ministro

La solución es "un nuevo equilibrio de la separación de poderes" y "modernizar la arquitectura institucional", para hacer más "eficaz y rápido" el papel del Parlamento y dar "más poder al Gobierno". "El Ejecutivo debe gobernar y el Legislativo debe legislar y controlar", matizó.

Ante una platea entregada, que aplaudió 60 veces en 71 minutos, Berlusconi aseguró que hará la reforma "con o sin la oposición", y recordó que la izquierda ya boicoteó su reforma en 2005 acusándole de forma "ridícula" de "deriva autoritaria". "Si ahora quieren dialogar, seré el primero en alegrarme", dijo, "porque el país necesita gobernabilidad".

Para retocar la Constitución hacen falta dos tercios del Parlamento. La insistencia de Berlusconi, a quien casi nadie discute el diagnóstico sobre la parálisis del sistema político, sigue levantando sospechas en el centro-izquierda. Según dijo Antonio di Pietro, líder de Italia de los Valores, Berlusconi trata de convertirse en un ducetto, es decir, un pequeño Mussolini.

Tras las andanadas del discurso de apertura, Berlusconi volvió a definir a la oposición como "facciosa y anticuada" y, citando a su ministro de Economía, Giulio Tremonti, reiteró que "no hacen oposición al Gobierno sino al país".

En Europa, el PDL estará inscrito en el Partido Popular Europeo, cuyos líderes han seguido calurosamente el congreso. Berlusconi mostró la carta de valores del PPE, y dedicó algunos "a esos que denigran el berlusconismo": "Libertad, igualdad, democracia, carácter sagrado de la vida, defensa de la familia natural".

Berlusconi aspira a formar el "grupo más numeroso del próximo Parlamento Europeo", y por eso será candidato él mismo. "Será una cosa simbólica, soy el líder y es una obligación. Sería bonito que haga lo mismo el líder de la oposición".

Al hablar de medioambiente, pidió a los ciudadanos que dejen de hacer pintadas en las paredes para devolver el decoro a las ciudades. Se mostró convencido de que el partido le sobrevivirá y marcará "durante décadas" la política italiana. Como gran final, ministros y altos cargos públicos subieron al palco, y cantaron el Himno a la Alegría de Beethoven, con estribillo adhoc: "Meno male che Silvio c'è" (menos mal que tenemos a Silvio).