Turquía, silencio y guardaespaldas
Terim afronta el dueloobsesionado con el secretismo
Una mole cejijunta y de nariz aguileña, exuberante en músculos y parca en palabras, con el escudo de Turquía sobre el corazón, guarda el acceso al ala del hotel Palace de Madrid en la que la selección euroasiática se esconde de las miradas furtivas. "¡No puedes pasar!", zanja cualquier debate con la mirada hosca mientras en el pinganillo que le cuelga de la oreja preguntan por las intenciones del forastero.
Lastrado por la presión de la prensa otomana, indignada por los empates con Bélgica y Estonia después de quedar tercero en la Eurocopa que ganó España, el grupo que dirige Fatih Terim se comporta como si el lugar de reposo, derroche y lujo en pleno centro de Madrid fuera más bien un búnker.
Conocido popularmente como El Emperador por su gusto por la estrategia militar y su forma tan pasional de entender el fútbol, Terim tuerce el gesto cuando sus paisanos le emboscan en la entrada de su cuartel general. "No diré una palabra hasta el último entrenamiento. Sí, España es muy buena, pero el miedo es para los débiles", se escabulle con la mirada torcida. El clima de secretismo es tal que a los pocos minutos la organización abronca a quienes "han tenido la valentía de hablar cara a cara" con el ex técnico del Galatasaray, el Fiorentina y el Milan: "¿Pero a quién se le ocurre preguntarle? ¿Y si se pierde la comida de las dos?".
Sesiones a escondidas
"Aunque tenemos bajas importantes, como las de Mehmet Topal y Altintop, ya demostramos en la Eurocopa que en los últimos minutos tenemos algo especial", cuenta Nihat en un aparte, en una de las escasas ocasiones en que los futbolistas turcos pisan la calle, repleta de policías que guardan el Congreso, antes de que un guardaespaldas otomano espante a los curiosos entre voces e improperios.
Los pocos instantes en que la selección es accesible se producen mientras espera al autobús que les lleva a Valdebebas, donde se entrenan a escondidas desde el lunes. Si el Madrid sólo permite seguir los primeros 15 minutos de cada sesión, Turquía, ni eso. "El míster nos transmite su alma de guerrero. Por eso ha ordenado que sea a puerta cerrada. Para no dar la menor pista", cuchichea Mehmet Aurelio. El medio del Betis rompe la ley del silencio promulgada por Terim cuando adelanta que jugarán "al contragolpe, tratando de sacar ventaja de la explosividad de Nihat, Arda y Tuycan".
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