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Reportaje:

Empieza la mutación del centro

Fuencarral expulsa los coches y gana espacio para los viandantes - El nuevo eje que cruzará Gran Vía precede a la trasformación de Callao y Sol

En la ferretería Subero saben bien qué significan los cambios en la calle de Fuencarral. Por eso llevan 148 años en el 25 de esta céntrica vía. El local de este gremio más antiguo de la capital. Y ellos son de los pocos que no ven clara la peatonalización que hoy comienza. "Las tiendas de moda es normal que estén contentas. Pero nosotros estamos preocupados por los proveedores y clientes que vienen en coches y furgonetas a cargar y descargar. No lo sé... 148 años y esto va a ser la puntilla", dice con cierta resignación Jesús, uno de los empleados de la tienda.

Y es que a partir de hoy las máquinas se meten en una de las calles comerciales más importantes de Madrid. El proyecto pretende recuperar para el peatón 10.000 metros cuadrados: la calle de Fuencarral desde Hernán Cortés hasta la Gran Vía, y las calles adyacentes de Infantas, Pérez Galdós, San Onofre y Augusto Figueroa. Además, con la remodelación de la Red de San Luis, se creará un eje comercial desde Montera que cruzará directamente con un paso de peatones hasta Fuencarral. La idea se presentó en septiembre de 2008, pero la crisis la paralizó. Ahora, con 2.185.000 euros del fondo de inversión del Estado, el alcalde ha desempolvado el cartel de obra y lo ha colocado en la calle.

Junto a la remodelación de la Puerta del Sol y de Callao, ésta es una de las obras que le cambiarán la cara al centro de Madrid en los próximos meses. También traerán de cabeza, antes y después de las reformas, a los que se obstinen en coger el coche para circular por el núcleo histórico de la capital.

Por los tramos que quedarán peatonalizados sólo podrán circular residentes que tengan plaza de garaje o los vehículos de carga y descarga. Lo más parecido a esta reforma es la nueva calle del Arenal: losetas de hormigón, arbolado nuevo y casi ningún coche.

En la ferretería Subero no lo ven claro. Pero el resto de comerciantes interrogados, una veintena, está preparado para aguantar a cambio de que la calle mejore. "Las obras durarán cuatro meses. Pero quedará bien para toda la vida. Vale la pena", proclama con optimismo Pablo, dependiente de la tienda Diesel. "Todo pasa. Mejor ahora que la cosa está floja, que cuando todo esto se recupere", ahonda Moha, de la tienda de ropa Elices Company en la calle de las Infantas.

Mientras duren las obras, la principal pesadilla ahora mismo de los comerciantes, el Ayuntamiento "garantiza" que seguirá habiendo carga y descarga. "No estará radicalmente cortada. Habrá que hacer un encaje de bolillos, pero las tiendas lo necesitan", promete Pablo Usán, director general de Vías y Espacios Públicos. Las obras en las calles adyacentes, que en vez de loseta tendrán los adoquines clásicos, comenzarán al mismo tiempo que las de la calle principal.

¿Se van a perder clientes obstinados en ir a comprar en coche? Daniel, propietario de New Rock, un templo de las botas negras de cuero con pinchos y látex, tiene una ventaja con los suyos: "Hombre, los góticos no tienen coche". Un punto a favor. Pero el resto de comerciantes tampoco cree que vaya a ser un obstáculo. Ni siquiera Antonio, que tiene una tienda de material de bellas artes en la calle de Pérez Galdós desde 1942. "Quedará muy bonito, hombre. Mis clientes vienen a veces en coche. Me llaman, hacen el pedido y lo saco a la puerta. Ahora quizá tendré que acercarme a Hortaleza", dice con todo el optimismo del mundo.

Precisamente, Hortaleza será a partir de hoy el único eje de circulación de la zona. El servicio de la EMT quedará suplido por los miniautobuses eléctricos que circularán por la calle del Barco y de Valverde. Y toca acostumbrarse. Porque será el único flujo de tráfico que se mantendrá tras las obras. "El autobús no volverá a pasar por ahí. Creemos que el tráfico que viene de Bilbao saldrá por Barceló a Mejía Lequerica o por Barco, o por Corredera Baja... Estos flujos se reestructuran solos", cree Usán.

Y la que también tendrá que reestructurarse es la Red de San Luis, el ensanchamiento final de la calle de Montera. La idea es que se cree un eje casi continuo con la nueva Fuencarral y la calle de la Montera. En este caso se modificará el sentido del tráfico en la calle del Caballero de Gracia: se suprimirá la fuente, se sustituirán los pasos de peatones de la Gran Vía a la altura de Telefónica y la calle de Hortaleza por uno nuevo que enlace directamente Montera y Fuencarral, y se trasladarán las terminales de autobuses.

Arriba, aspecto actual de Fuencarral. Abajo, recreación virtual de la calle tras las obras.
Arriba, aspecto actual de Fuencarral. Abajo, recreación virtual de la calle tras las obras.CARLOS ROSILLO

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