En forma con los tembleques de la Power Plate
Esta vez toca ponerse en forma con Power Plate. Cada lunes, miércoles y viernes, durante tres semanas, muevo el esqueleto sobre esta plataforma vibratoria que "optimiza el entrenamiento deportivo", según los expertos. Vamos, que consigues resultados en menos tiempo del normal.
El primer día, Andrea Amatucci espera en la puerta del gimnasio DIR. Tras comprobar que no padezco ninguna contraindicación, el entrenador explica: "
La Power Plate se usa de forma estática o dinámica.
El mejor plan es combinar las sesiones sobre la plataforma (10 series de 30 segundos) con ejercicios de gimnasia (piernas, abdominales, pesas...). Al final terminamos con estiramientos". Toca moverse más de lo que creía (y de lo que cuenta el anuncio de la tele), pero sólo durante media hora.
La sesión comienza con cinco minutos de calentamiento sobre la bici.
Cuando empiezo a sudar, subo a la plataforma, agarro el manillar y, con las piernas flexionadas y el culo hacia fuera (le llaman posición sentadilla), empiezo a sentir la vibración. "Si no flexionaras la parte del cuerpo que toca el aparato, te vibraría hasta el cerebro", dice Amatucci.
Cuádriceps, isquiotibiales, gemelos, glúteos, abdominales, tríceps... todos los músculos de mi cuerpo tiemblan como un flan. La sensación es extraña, pero no hay cansancio. Estamos en modo estático. "Power Plate no produce sensación de fatiga muscular aunque se trabaja, y mucho", asegura Ignacio Barbancho, coordinador del gimnasio y especialista en el aparato.
Otro cantar es cuando al tembleque se le suma el movimiento real, sea flexionando las piernas a la pata coja o haciendo abdominales. Es el modo dinámico. Entonces, la fatiga sí se nota. "Estás haciendo un doble trabajo sobre la musculatura. Los únicos sobre los que no hay evidencia científica de que la vibración tenga efecto son los de la lengua y el rostro", dice Barbancho.
50 movimientos por segundo
La máquina, que se mueve sobre los tres ejes espaciales entre 30 y 50 veces por segundo, activa repetidamente un reflejo muscular defensivo denominado miotático. "Aprovecha esta defensa del cuerpo para tonificarlo. También se beneficia de otra ley física, la del todo o nada, para entrenar siempre en contracciones máximas", dice el técnico.
La plataforma vibratoria, un invento ruso de la guerra fría, tiene 60 años. En plena carrera espacial para ver quién permanecía más tiempo en órbita, se desarrolló para evitar problemas de salud a los astronautas (pérdida de tono muscular y de masa ósea) en ingravidez. Su principal virtud es la mejora de la musculatura tónica (o postural), la que nos mantiene erguidos. Medicina, rehabilitación y alto rendimiento deportivo aprovechan sus beneficios desde hace 20 años. En los últimos tiempos ha desembarcado en las salas de fitness y hasta en el salón de casa.
Sus ventajas son variadas. De entrada, no genera estrés articular porque es un trabajo sin peso, y disminuye la sensación de fatiga frente al deporte convencional. También acorta el tiempo en el que uno tarda en ponerse en forma. Si en condiciones normales la media es de tres meses, con Power Plate son dos (ideal para vagos). Además, mejora el sistema cardiorrespiratorio, el riego sanguíneo "porque llega a todos los tejidos del cuerpo, incluso a los que casi no se usan", y el sistema endocrino-metabólico "porque estimula el sistema nervioso central. La hormona de crecimiento aumenta hasta un 400% durante la vibración. Es la que gobierna los mecanismos anabólicos (insulina y testosterona) que permiten crecer muscularmente". Lo que la mayoría busca en el gimnasio.
También acumula falsos mitos. No adelgaza ni está pensado para reducir la celulitis, aunque ayuda si se acompaña de trabajo cardiovascular. Tampoco sube la libido y, de forma estática, sólo se trabaja la musculatura postural.
La primera sesión termina con tres tandas de 20 abdominales. Me destrozan. Lo mejor, los estiramientos. Al día siguiente tengo agujetas por todo el cuerpo. El descanso (entre 48 y 72 horas) me sienta muy bien, pero
las agujetas regresan cada vez que me subo a la plataforma (tres días por semana). En general, la experiencia es positiva. No he ganado peso, más bien he perdido; pero, sobre todo, me siento mejor corporal y anímicamente.
Producto: Power Plate. Precio: De 2.600 a 12.000 euros, según modelo. Sitio: http://es.powerplate.com
Una sesión con entrenador en DIR cuesta 45 euros. Cinco sesiones, 220 euros. Sitio: www.dirfitness.es
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