Nadal y el viento aplastan a Murray
El tenista español sólo permite ganar tres juegos al británico, el 'número cuatro'
El enemigo era "terrible". Indomable, vaporoso e incorpóreo. Un titán. Rafael Nadal se enfrentó a él con la precisión de los efectos combados de sus tiros, las piernas de gacela en la búsqueda de la posición correcta y la mentalidad de la que ya ha hecho su símbolo. Andy Murray, el rival derrotado en la final del Masters de Indian Wells (6-1 y 6-2), no. El temible británico, que había ganado sus dos últimos partidos contra el número uno, valió tres juegos ganados, 80 escasos minutos y ni un solo ace en todo el duelo. Le vencieron Nadal y un elemento: las rachas de viento de hasta 46 kilómetros por hora que hicieron volar papeles y toallas, que detuvieron unos tiros y alargaron otros, que paralizaron su saque, jugaron con la cabeza de los dos tenistas, y acabaron coronando al número uno.
El mallorquín dominó con la comba de sus tiros unas condiciones de juego "terribles"
El escocés no logró ningún saque directo y cometió 22 errores no forzados
"El viento ha sido terrible. Mentalmente he estado muy bien", dijo Nadal. "Felicito a Rafael por haber jugado bien en estas difíciles condiciones", añadió Murray, que llegó a California recién recuperado de un virus y deja el torneo reforzado en sus aspiraciones, por más que ayer se quedara tieso. Ahí queda su paso por la competición. Las víctimas y su candidatura a gran agitador de las jerarquías de su gremio.
Un ejemplo. Roger Federer, el genio, pronuncia palabras de hombre en retirada, sin fe ni aliento, cuando la noche del sábado le descubre derrotado por Murray en las semifinales (6-3, 4-6 y 6-1). "Tuve problemas de ritmo. Sentí, como en los últimos encuentros entre nosotros, que Andy estaba más fuerte según avanzaba el partido. Al final, su nivel de juego era increíble. Cometí muchísimos errores y jugué un tercer set que me conmocionó. Ganó el mejor jugador".
Federer tiene 27 años, trece torneos grandes en su hoja de servicios, un hijo en camino, el respeto de todos los rivales y, de repente, un nuevo desafío. Ha perdido, a veces entre lágrimas, los cinco últimos partidos que ha jugado contra Nadal. Igual de mala es su racha contra Murray: cuatro derrotas en los últimos cuatro partidos y seis en los ocho que han jugado. A los ejecutivos del marketing del tenis sólo les sujeta el respeto debido a un tenista mayúsculo, capaz de despertar en cualquier momento. Por lo demás, ya olfatean hacia dónde camina el destino del circuito. Murray, número cuatro del mundo, es hoy el mayor peligro que afronta Nadal. Su gran rival en los análisis previos al partido.
"Confío en que Murray no tenga nada que mejorar porque, si no, será imparable del todo", argumentaba por teléfono Toni Nadal, tío y entrenador del número uno, antes del partido; "las corre todas, las ve todas, tiene bastante habilidad, saca bien, tiene una buena derecha, un buenísimo revés... No sé qué puede mejorar".
Murray creció siguiendo unas normas muy claras: las de Ganar feo, el libro que compila los trucos, trampillas y sucios consejos de Brad Gilbert, el entrenador que guió sus primeros pasos por la élite. "Un manual de combate", según su sinopsis. "Una de las primeras lecciones que aprendí", cuenta Gilbert, ex número cuatro, "es que se puede ganar mucha ventaja antes incluso de que empiece el partido. Los mejores del mundo ya llegaban queriendo agarrarme de la garganta. Perdiendo, aprendí algo muy simple. Los que hacen dinero en este deporte empiezan a afilar las armas, a analizar el juego del rival, antes incluso de saber quién es. El calentamiento empieza con el cerebro, si es que lo consigues activar. El cerebro es una cosa terrible de desaprovechar y los jugadores la desaprovechan todo el tiempo".
Eso es lo que es Murray. Un tipo que ha aprendido a analizar el juego del rival y a destruirlo; uno que mima los detalles. Eso es justo lo que no fue ayer Murray, que no se preparó para afrontar el viento y acabó desesperado. Cometió 22 errores no forzados por seis golpes ganadores. Un desastre frente a un especialista en huracanes: Nadal, que equilibró sus 17 errores no forzados con 13 golpes ganadores, ya se ha coronado cuatro veces en la Philippe Chatrier, la central de Roland Garros, una de las pistas en las que más ruge el viento en todo el mundo.
Murray, sin embargo, no se acaba en California. Hay escocés para rato. "Murray y Rafael, hoy, son los dos mejores jugadores del circuito", razonó Toni Nadal. "Murray ha perdido un solo partido este año. Es, probablemente, el tenista más en forma. Creía que [Novak] Djokovic sería el siguiente, pero ha bajado un poco: no sé lo que le pasa... éste es un deporte psicológico", continúa; "¿una rivalidad con él como con Federer? Hoy, desgraciadamente, hay unos cuantos tenistas que te ponen problemas. Ahí estarán Federer, Djokovic, Nalbandian, Del Potro... Siendo buenísimo, es difícil que Andy marque lo que Federer".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.