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Ésta es la pesadilla de Josefa Torres

El PP mantiene a un alcalde imputado por intento de violación a una edil

Fernando J. Pérez

Sierra de Yeguas (Málaga, 3.522 habitantes) se parece a cualquier otro pueblo del interior de Andalucía, con su biblioteca pública Miguel Hernández y sus parados, cada vez más parados, paseando por la plaza a media mañana. La mayor peculiaridad de esta localidad reside en su Ayuntamiento. El alcalde, Rafael Sánchez Lavado (PP), sigue en su puesto ocho meses después de que su compañera de corporación Josefa Torres le denunciara por acoso sexual e intento de violación. Tampoco ha renunciado tras conocerse una grabación telefónica en la que una voz -supuestamente la del regidor, aunque él lo niega- vomitaba una retahíla de insultos, a cuál más soez, contra la concejal.

El escándalo explotó a finales de julio de 2008. El entonces presidente del PP malagueño, Joaquín Ramírez, suspendió de militancia al alcalde, tras conocer su imputación en el caso que instruye un juzgado de Antequera, y le abrió un expediente de expulsión. Sánchez Lavado recurrió la expulsión. Es el comité de garantías del PP, que todavía está estudiando el expediente en Madrid, el que ha enfriado el asunto. Esta lentitud permite al alcalde seguir usando las siglas del PP en sus comunicados o en la página del consistorio en Internet. "Está usurpando el nombre del partido, pero no podemos hacer nada", asegura Francisco Salado, secretario provincial del partido. "Es más fácil echar a un militante por impago de las cuotas o por presentarse por otras listas que por un tema judicial", admite.

"No podemos hacer nada", asegura el secretario provincial del partido

Tras varios meses de tratamiento, Josefa Torres regresó el pasado febrero a la vida política municipal. Sólo aguanto dos plenos y recayó en la depresión. Pese a que Sánchez Lavado no miró en ningún momento a la esquina izquierda del salón de plenos, donde está ahora el escaño de su antigua número dos, Josefa, de 36 años, sufrió temblores y taquicardias. La misma sensación padece cuando sube la escalinata del consistorio. Por orden de su psiquiatra, no volverá al pleno en los dos años que le quedan de mandato aunque mantendrá su acta.

Con Josefa fuera del equipo de gobierno, la aritmética haría posible una moción de censura contra Sánchez Lavado, que mantiene sólo a cinco de los 11 concejales, frente a cuatro del Partido Andalucista y uno del PSOE. Sin embargo, ninguno de los partidos está por esa labor. Salvador Ortiz, portavoz del PA, recuerda que en el anterior mandato expulsaron a Sánchez Lavado con una moción de censura, y lo único que consiguieron fue reforzarle para los siguientes comicios.

La gestión del alcalde, condenado en 2007 a un año de prisión por agredir a un vecino, recibe duras críticas. Sánchez Lavado ha contratado a dedo a numerosos vecinos para puestos como monitores deportivos o del centro informático pese a los reparos del secretario municipal. En eso, Sierra de Yeguas también se parece a otros pueblos de Andalucía.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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