Sastre o no
Trillo se hizo un traje nuevo, para adaptarse, y se lo ha roto. Ha salido con la espada para defender el honor de su partido y se la han mellado. Lo han dejado como al rey del cuento, desnudo; él se cree cubierto por la espesa malla de su ironía, pero erró el tiro. No se ha sacado un ojo por poco.
Quiso acabar enseguida con el drama y se metió en las turbulencias del desenlace. Salió en defensa de Camps, el de los trajes, y empezó a hacer burla del sastre. Y el sastre le salió al encuentro: "Que yo le he hecho más trajes a usted que a Camps". Uf, cómo se ha puesto el textil.
El de Peregil, el del Yak, el hombre de las conclusiones arriesgadas se tiró al ruedo sin persignarse, y ahí lo tienen, hecho jirones. Daría bien para alcalde del siglo XIX, pero en el siglo XXI la rapidez en la respuesta siempre tiene una cámara que te delata. En el XIX tú le tirabas una peseta a una periodista y se venían a enterar tus adversarios (también los de tu propio partido) allá por 1950. Pero ahora la imagen es instantánea, y si tú dices de un sastre que es tonto, él te responde enseguida como Alberti: "Y a usted la vida le ha hecho dos tontos..."
Cuando iba contra Garzón -y sigue yendo- era porque el juez malo que antes fue bueno tenía "dentro" dos varas de medir. Y cuando ha ido contra el sastre era porque no era sastre y mentía todo el rato. Un hombre de su experiencia, de la que ha salido ileso porque en su casa tiene dos varas de medir, tendría que aplicar memoria a sus exabruptos, porque, si no, éstos se le vienen encima como un bumerán. Y le han venido. Qué se creía el diputado.
Para contrarrestar la bravata del que confundía a Honduras con El Salvador, el sastre sacó sus cartas y le respondió, como diría Shakespeare, medida por medida. "Le he hecho muchos trajes", dijo, "y sé que, como es bajito, se le tienen que coger las vueltas".
No hace falta ser un lince, ni sastre, ni siquiera bajito, para saber que a los cortos de estatura se nos tienen que coger las vueltas y las mangas. Trillo respondió con una venganza: "No es sastre, es un agente de ventas". ¿Y? ¿No se puede ser las dos cosas? Michavila es diputado y agente, y nadie dentro de su partido le ha dicho todavía que una cosa y la otra es como vestir a Cristo con dos pistolas.
Ellos saben qué dice Cristo sobre estas cosas. Cristo perdona, dirán. Pero no eternamente. Eternamente no te perdona ni Dios, que diría Blas de Otero. Quizá también lo dijo Shakespeare, pero en inglés.
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