El Papa aboga por la paz y la reconciliación en Angola
El Papa abogó ayer por la paz y la reconciliación en Angola, una nación devastada por 30 años de guerra civil y de invasiones extranjeras, y recordó el ejemplo de su país, Alemania, donde la guerra también dejó una huella profunda. "Vengo de un país donde la paz y la fraternidad anidan en los corazones de sus habitantes, en particular de los que como yo conocieron la guerra y la separación entre hermanos de una misma nación, a causa de la ideología deshumana y devastadora".
Angola, segunda y última etapa de la primera gira africana de Benedicto XVI -tras Camerún-, es el país que alberga la comunidad católica más antigua del continente al sur del Sáhara. El 60% de la población profesa esta religión, aunque en los últimos 10 años se ha producido una avalancha de sectas evangélicas, que son un activo competidor de la Iglesia católica.
Desde la muerte de Jonás Savimbi, dirigente de la guerrilla UNITA, y tras los acuerdos de paz de 2002 con el Gobierno del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), el país retomó la senda del crecimiento económico. UNITA y MPLA fueron dos de las principales guerrillas que combatieron a las tropas portuguesas en la época colonial.
Luanda, la capital, es el mejor escaparate de la Angola actual, donde coexiste la modernidad de los edificios apabullantes, financiados por el petróleo (primera fuente de riqueza), y la miseria más desgarradora. Casi el 70% de la población subsiste con 1,25 euros diarios. "No podemos olvidar la multitud de angoleños que vive por debajo de la línea de pobreza", recordó el Papa.
Capital más cara
El crudo representa el 60% del PIB, el 90% de las exportaciones y el 83% de los ingresos del Estado. Los inversores extranjeros, sean de China, EE UU o Europa, aterrizan en Angola atraídos por los índices de crecimiento, que en 2007 alcanzó el 27%. Luanda es una de las capitales más caras del mundo que pronto inaugurará la torre más alta de todo el continente africano. Dos tercios de sus cinco millones de habitantes viven hacinados en suburbios sin los servicios mínimos. Así son los contrastes de Angola: el país capaz de batir el récord de crecimiento económico ocupa el puesto 162 en el índice de desarrollo humano, y no cumplirá en 2015 ni uno de los Objetivos del Milenio para el Desarrollo, en los terrenos de salud, educación y reducción de pobreza.
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