Banca regional
Los datos presentados recientemente por Funcas, la fundación de las cajas de ahorros, manifiestan que los sectores bancarios regionales en España muestran una elevada tendencia al endeudamiento. Se llega a afirmar que en algunas comunidades los niveles de crédito concedido por el sector bancario superan a los depósitos de clientes, e incluso los duplican. En la medida en que las interrelaciones entre el sector bancario y la situación económica internacional son evidentes, economistas como Krugman, desde la perspectiva americana, apuestan por una participación temporal en los procesos de capitalización de las entidades; y para ciertos casos europeos se está más por la línea de nacionalización de los mismos. En ambos supuestos, habrá que preguntarse por la situación en la que se encuentra y en el cómo se va a actuar en torno a la financiación de la economía real.
Aunque Galicia pierde capacidad de ahorro, su endeudamiento es inferior a la media española
Si consideramos como variables claves las operaciones típicas bancarias (los créditos y los depósitos) y procedemos a desagregarlo por comunidades autónomas para el periodo 2002-2008, los resultados son esclarecedores. Se aprecia un incremento sostenido de los depósitos pero a menor ritmo que los créditos, lo que ha desajustado enormemente el ratio créditos/depósitos. Es decir, se presta mucho más que lo que se capta; lo que significa un mayor saldo neto negativo, indicador de un mayor endeudamiento por parte de los hogares y de las empresas.
¿Es homogénea dicha tendencia? La respuesta es negativa. Si analizamos los saldos netos en 2002, reparamos que los depósitos fueron superiores a los créditos en Aragón, Asturias, Castilla-León, Castilla La Mancha, así como en Galicia, Madrid y Navarra. Sin embargo, en el 2008, todas ellas pasaron a una nueva situación, los créditos eran superiores a los depósitos y las comunidades con mayores niveles de endeudamiento absoluto son Cataluña, Andalucía y Madrid,
Esta tendencia arroja nuevas explicaciones para el caso de Galicia. Así, por ejemplo, de los ratios créditos / depósitos, 0,93 en 2002, se pasa al ratio 1,40 en el 2008, lo que pone de manifiesto un mayor nivel de créditos sobre los depósitos. Estos datos son inferiores a la media española, pero siguen su tendencia, casi en la misma intensidad y velocidad.
Más preocupante es la situación referida a los indicadores que miden el endeudamiento medio por habitante (crédito/habitante) o el nivel de ahorro por habitante (depósito / habitante), e incluso los recursos que absorbe Galicia en créditos o depósitos a nivel nacional. Las cifras también explican la situación actual. En lo tocante al ratio crédito / habitante, se alcanzan los 24.500 € en 2008 (33.000 € es la media nacional) cuando en 2002 ni se llegaba a los 10.000 €. En lo que atañe a los depósitos por habitante, se pasa de 10.700 € en el 2002 a los 17.500 € en el 2008 (21.000 € es la media nacional) lo que pone de manifiesto una menor tendencia al ahorro y como habíamos visto anteriormente, una mayor tasa de endeudamiento.
Si hacemos mención a las ratios de lo que significa Galicia en el total nacional, debemos subrayar que los porcentajes de depósitos pasan del 4,81% en 2002, al 4,2% en 2008, lo que implica una pérdida más de medio punto porcentual. Y en lo que concierne a los créditos, se pasa del 4,11% al 3,79% en el mismo periodo, lo que disminuye la capacidad de tomar dinero prestado para afrontar nuevas inversiones o consumos. Es decir, Galicia pierde capacidad de ahorro pero no llegamos a los niveles de endeudamiento medio españoles.
Finalmente, se aprecia un incremento, también heterogéneo, de la actividad crediticia por oficina bancaria a lo largo del periodo. Las comunidades en las que se observa un mayor volumen de crédito por oficina son Madrid (73.000 €), Pais Vasco (42.800 €) y Cataluña (41.600 €) en tanto que Galicia está con 27.000 €. Y aunque subraya una tasa de variación del 27% para el periodo 2002-2008, es inferior al 75 % de la media española. De la misma forma, el porcentaje de los depósitos por oficina en Galicia desciende en el periodo citado.
Todos estos datos remarcan la situación financiera de los sistemas regionales y, en el caso concreto de Galicia, suponen un cambio de contexto que, irremisiblemente, deberá conllevar un cambio de actuación. Conclusión: los que sigan anclados en el pasado lo pasarán muy mal, y solo aquellos más innovadores podrán sortear los inquietantes resultados económicos y financieros.
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