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Reportaje:

El taller está en el Guggenheim

Ocho estudiantes de la UPV colaboran en el modelado de las esculturas de barro que integran una instalación del artista chino Cai Guo-Qiang

La entrada en la sala que muestra la instalación Patio de la recaudación de la renta de Bilbao en la retrospectiva que el Guggenheim dedica al artista chino Cai Guo-Qiang desconcierta a los visitantes. Varios artistas modelan con un barro grisáceo figuras humanas de tamaño natural entre armazones de hierro y madera, todavía desnudos a la espera de que llegue el momento de que sostengan esculturas que representan a campesinos con rasgos orientales, y en el suelo se ven los restos del material de trabajo. Parece que el montaje de la obra lleva retraso. La audioguía y el personal del museo explican que la realización en la misma sala de exposición del centenar las esculturas que componen la instalación es parte sustancial de la obra de Cai. El centenar de figuras del Patio de la recaudación se deben de realizar en paralelo a la exhibición de la obra. Es una obra efímera. Apenas el barro empieza a secarse, se resquebraja y la figura se deshace. Es la forma que Cai utiliza para mostrar los efectos del paso del tiempo.

Supone una obra de arte efímera; el barro se resquebraja en pocos días

En Bilbao el centenar de figuras, en su mayoría campesinos en penosas situaciones, empezaron a modelarse a principios de marzo y no estarán acabadas hasta finalizar esta semana. En su realización están trabajando cuatro artesanos chinos y ocho estudiantes de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, siguiendo la norma de Cai de implicar en sus montajes a personas del entorno. "Buscaban gente con oficio en el manejo del barro", dice Ander Orobiogoikoetxea, uno de los elegidos para colaborar en el proyecto. Un estudiante "tardío", dice de sí mismo, con 25 años de experiencia en el modelado de esculturas.

Orobiogoikoetxea se sorprendió del control de la anatomía que tiene el equipo chino y su rapidez para copiar los modelos que les presentan en fotografías fotocopiadas. "Hay poco margen para divagar: la fotocopia muestra la postura y los gestos, seguimos la pista y ya está", explica. A su lado, otros dos compañeros de Bellas Artes, Txemi Novoa y Jorge Flórez, comentan las diferencias con los chinos en la forma de trabajar. "Su técnica es más libre: ponen y quitan según necesitan y buscan un acabado satinado. Nuestro modelado consigue las formas añadiendo materia".

La instalación reproduce unas esculturas creadas en China en 1965 al estilo del realismo socialista para ensalzar los logros del comunismo. La propaganda del régimen maoísta fue reutilizada por Cai para abordar el cruce de la ideología política y el arte, creando a la vista del público unas réplicas que se destruyen al poco tiempo. Con el Patio de la recaudación Cai ganó el León de Oro de la Bienal de Venecia en 1999.

El contacto de los estudiantes con Cai fue puntual. Visitó la sala y se presentó. Fue encantador, pero no dio indicaciones sobre el trabajo. La relación con sus asistentes y los cuatro artistas chinos, con experiencia en la realización de las mismas figuras en el montaje de la exposición en Nueva York, ha sido constante. "Son reservados, pero muy amables", añade Novoa. "La barrera del idioma no ha sido problema. Nos hemos entendido con un poco de inglés, hasta cuando les hemos llevado a comer chuletas". Colaborar en una obra de Cai ha sido gratificante, aseguran los estudiantes de Bellas Artes, a pesar de la escasa compensación económica. Por tres semanas de trabajo cobrarán 350 euros.

Dos estudiantes de Bellas Artes modelan una figura de la instalación <i>Patio de la recaudación de la renta,</i> junto a una artista china.
Dos estudiantes de Bellas Artes modelan una figura de la instalación Patio de la recaudación de la renta, junto a una artista china.L. A. GARCÍA

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