Los Almodóvar toman Madrid
Penélope Cruz y el director centran la atención del estreno de 'Los abrazos rotos'
Mil setecientos invitados. Ocho salas del madrileño cine Proyecciones. Tamaños números (que incluyen unas trescientas personas en la calle de Fuencarral, que no pararon de corear y gritar los nombres de cualquier famoso) demuestran el poderío y el tirón de Pedro Almodóvar, que inauguraba anoche de esta manera la carrera comercial de Los abrazos rotos, su decimoséptimo filme.
Entre los invitados al estreno, todos los intérpretes de menos de 35 años, populares por la televisión o el cine -y si no estaban, más vale que sus representantes comiencen a preocuparse-. Los repartos completos de Los hombres de Paco, Amar en tiempos revueltos, El internado o Sin tetas no hay paraíso (incluido el idolatrado Miguel Ángel Silvestre); músicos como Amaral, Bebe, Miguel Poveda, la Terremoto de Alcorcón, Concha Buika, Alaska; artistas como Cristina Iglesias, junto a su hermano Alberto, el compositor de la banda sonora de ésta y de las últimas películas de Almodóvar; el modisto David Delfín...
La familia Bardem acudió al completo; sólo faltó Javier
El director del Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, fue uno de los primeros entrar, sólo superado en antelación y en sprint por la alfombra roja por el escritor Javier Marías. Entre medias se había colado Boris Izaguirre. El productor Agustín Almodóvar, de quien su hermano asegura "es el cerebro de la familia", ejercía de anfitrión en la puerta a políticos como Pedro Zerolo, Trinidad Jiménez o los responsables de Cultura de las diversas administraciones (el ministro César Antonio Molina, el consejero de la Comunidad Santiago Fisas y la concejala Alicia Moreno), hasta que acompañó delante de los fotógrafos al presidente de Castilla-La Mancha, Juan José Barreda.
Cerca, cineastas como la presidenta de la Academia Ángeles González-Sinde, Álex de la Iglesia, Antonio Hernández, Ramón Salazar, Manuel Gómez Pereira, el productor Fernando Bovaira, o José Corbacho y Juan Cruz. En ese momento la doble puerta de cristal del cine se atascó con el famoseo. Varias parejasdecidieron que aún no era el momento de aparecer juntos públicamente y tras diversas discusiones posaron por separado.
La familia Bardem apareció casi al completo, excepto Javier; y los Cruz llegaron por separado, aunque no faltó ninguno. A las diez menos cuarto llegó la primera oleada almodovariana, con la recuperación de figuras como Rossy de Palma, Marisa Paredes, Chus Lampreave, Kiti Manver o Bibiana Fernández. A las diez, las actrices secundarias: Kira Miró, Mariola Fuentes, Carmen Machi, Lola Dueñas y Ángela Molina. En perfecta coreografía, cinco minutos después, ellos: Lluís Homar, Rubén Ochandiano, José Luis Gómez y Tamar Novas. Y a y cuarto, el trío estrella: Pedro Almodóvar, Blanca Portillo y la oscarizada Penélope Cruz, con un vestido largo negro de L'Wren Scott. Era el momento de disfrutar de Los abrazos rotos y, posteriormente, de la fiesta en el Círculo de Bellas Artes.
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