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David contra un Goliat constructor

Vecinos paralizan un edificio de nueve alturas por las grietas causadas en su finca

María Fabra

Abogados y arquitectos expertos en patologías. Más abogados, más arquitectos expertos en edificación. Procuradores. Recursos, informes técnicos, interdictos, sentencias. Reparaciones... Unos vecinos de Castellón se han tenido que "poner al día" en un sinfín de conceptos arquitectónicos y jurídicos, además del dinero que han tenido que invertir ya para defender su propiedad: un bajo comercial en una de las zonas de expansión de la capital de La Plana, junto al que se está levantando una gran mole de viviendas, construidas por algunas de las más importantes firmas de empresarios y constructores de la ciudad. Este David, con la razón, al menos de momento, se encuentran en cierto estado de indefensión ante todo un Goliat, una gran Unión Temporal de Empresas (UTE) que oferta pisos de lujo apoyados sobre su "casa", donde, desde que empezó la obra, comenzaron a aparecer grietas. De momento, la obra está parada por orden judicial.

La empresa amenaza con pedir indemnizaciones por la paralización

La lucha de estos vecinos, propietarios de una bodega, comenzó en junio de 2007 cuando, con los primeros movimientos de tierra del gran edificio, con varias plantas de aparcamiento y nueve alturas, empezaron a aparecer grietas en los depósitos de vino existentes en el subsuelo. Las primeras grietas fueron reparadas pero tres meses después, cuando comenzó a levantarse la estructura, se abrieron nuevas grietas en el muro de carga del inmueble. Los propietarios requirieron, en primer lugar, al ayuntamiento para que revisara la obra pero los técnicos municipales certificaron que "a simple vista, no existe peligro inminente para la seguridad de las personas y bienes". Pero las grietas seguían abriéndose y los vecinos contrataron a un arquitecto experto en patologías de edificios que determinó que la nueva obra se estaba apoyando en su muro de carga y que no existía una cámara de dilatación que amortiguara el peso de la obra nueva. Con este informe, solicitaron al juzgado la paralización de la obra y una inspección judicial. El tribunal les dio la razón y se paralizó la obra, en enero del año pasado. Pero no sólo eso, según el fallo, los informes periciales realizados dejaron al descubierto un intento de "falsear las pruebas judiciales" tal como han señalado los afectados, que consistió en colocar, en sólo un tramo, una placa de poliestireno de manera que pareciera que toda la obra estaba separada del edificio colindante.

La constructora recurrió la sentencia y la audiencia ratificó el fallo del juzgado pero permitiendo que las obras siguieran en la mitad del edificio que no se apoya en el inmueble afectado.

La obra parada ha supuesto que unas cuantas cuadrillas se hayan quedado sin trabajo, algo de lo que, no siendo culpables, les inquieta. Además, su particular Goliat, la UTE Rayl Ribalta les ha "amenazado" ahora con una querella millonaria por haber paralizado la obra, cuando la paralización llegó por orden judicial y ante la evidente irregularidad en la construcción. Esta redacción ha tratado, sin éxito, conocer la valoración de la UTE a través de uno de sus principales accionistas.

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