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Reportaje:

Temerarios y morosos

762 automovilistas han sido denunciados en más de 50 ocasiones en dos años y medio - Alguno de ellos ya ha perdido 230 puntos del carné y unos 20.000 euros

Elsa Granda

No hay nada que les pueda parar. Ni las multas ni la ley. El programa informático de la Dirección General de Tráfico no tiene respiro con ellos. Son conductores fuera del sistema. Muchos, infractores polirreincidentes: alcohol, velocidad, conducción temeraria... Algunos expedientes son monotemáticos, otros, un escaparate de todo lo que nunca debería hacerse en la carretera. Desde que se puso en marcha el carné por puntos, en julio de 2006, 45 conductores han acumulado más de 50 sanciones firmes cada uno, y otros 717 tienen en su expediente más de medio centenar de multas entre tramitadas y pendientes de tramitación. Esto es: los agentes o los radares les han pillado casi dos veces al mes. En todos los casos por infracciones graves o muy graves.

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Es habitual que cometan sus tropelías en una única provincia, pero alguno de estos osados van dejando su rastro allá por donde pasan. No se molestan en presentar alegaciones ni pagan las multas. Sobre la mayoría pesa alguna orden que le impide conducir durante algún tiempo, y muchos no tardaron en perder el carné tras la llegada del permiso por puntos. No es extraño comprobar cómo en muchos de esos casos no han vuelto a examinarse para recuperar su derecho a conducir. El automovilista con más denuncias, no sólo ha consumido su saldo de puntos (12), sino que ya ha fulminado el equivalente a casi 20 carnés, ha consumido 230 puntos.

En España hay unos 40.000 automovilistas que han perdido o están a punto de perder el permiso al agotar todo su saldo. El mensaje de Tráfico siempre es el mismo: al final las multas se pagan (aunque sea vía embargo); ponerse al volante sin puntos puede ser un billete sin escalas a prisión; y la reforma del sistema sancionador que se tramita en el Congreso tendrá varias vías para evitar estas situaciones. Por ejemplo, con tres multas graves o muy graves sin pagar no se podrán hacer gestiones en Tráfico (ni vender un vehículo ni renovar el permiso de circulación o el carné). Para los más rebeldes también se propone en la ley la suspensión del permiso de circulación temporalmente. Si aún así el infractor se empeña en utilizar el vehículo se le podrá embargar hasta que abone las sanciones; y si no lo hace en dos meses, el automóvil podrá ser destruido.

- Un rastro en 14 provincias. El desbocado periplo de G. M. LL., vasco, aunque con domicilio en Cataluña, terminó el 31 de mayo con la pérdida de vigencia de su carné. O eso es lo que debía haber ocurrido. Sin embargo, aún fue denunciado 12 días después en Burgos y a finales de junio en el País Vasco. Actualmente es posible que esté vulnerando la ley y exponiéndose a una pena de cárcel por circular sin haber recuperado el permiso, porque no hay constancia de que haya superado el curso de reeducación.

Este hombre, de 35 años, es el conductor que más veces ha sido denunciado por exceso de velocidad: suma 40 multas; aunque también acumula otras infracciones, como circular con una elevada tasa de alcohol. Desde septiembre de 2006 hasta el año pasado, su rastro infractor se puede seguir por más de 14 provincias, entre ellas Burgos, Madrid, Segovia, A Coruña, León, Valencia, La Rioja, Cuenca, Albacete, Castellón, Cantabria, Zamora y Navarra. Nunca ha presentado alegaciones, pero tampoco ha pagado los aproximadamente 20.000 euros de multas graves y muy graves.

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- Robo y competiciones ilegales.

Del medio centenar de sanciones firmes que D. G. tiene registradas, 10 son por conducir de forma temeraria. Desde el verano de 2006 ha perdido más de un centenar de puntos. Uno de sus días más negros fue el 4 de noviembre de 2007, cuando a las 4.20 le cayeron tres multas. A los ocho minutos fue denunciado de nuevo. Pero sin duda, una de sus mayores locuras la rubricó el 18 de noviembre de 2007, a las 19.50 con un Volkswagen Golf GSI 16 válvulas en el kilómetro 18 de la Ronda de Pamplona.

El dueño del vehículo que conducía había denunciado que se lo habían robado. D. G. fue sorprendido por los agentes en plena competición clandestina. Los agentes escribieron en el parte que realizaba una "conducción manifiestamente temeraria al realizar carreras ilegales junto a otro vehículo en una rotonda poniendo en peligro a los demás usuarios". Perdió seis puntos, le cayó una multa de 450 euros y la suspensión del permiso durante un mes.

También cuenta con denuncias por no respetar las señales de los agentes en un control de alcoholemia o por no llevar puesto el cinturón de seguridad. Cuatro de sus denuncias tomadas al azar descubren una curiosidad: en cada una de las ocasiones conducía un vehículo distinto: el Golf, un Opel Kadett GSI, un BMW M5, un Ford Orión y un Seat Ritmo. Ninguno a su nombre. No es la única sorpresa. Este conductor sólo está autorizado a conducir ciclomotores, nunca se ha sacado el carné de conducir.

- El peor de la carretera.

¿Casco? ¿Qué es eso? Más o menos ésta podría ser la pregunta de I. C. cada vez que los policías municipales de Málaga o la Guardia Civil de esa provincia le entregan una nueva denuncia. Su afición a no utilizar ese elemento de seguridad le reporta dos riesgos: uno, romperse la cabeza, y otro, hacer lo propio con la hucha. De momento hay pocos que le igualen: tiene 92 infracciones firmes graves o muy graves; ha perdido 230 puntos y su deuda asciende a unos 20.000 euros. La medalla de oro al despropósito. Casi siempre ha sido denunciado por circular sin casco, pero también por no respetar las señales de los agentes, por saltarse un stop o, en seis ocasiones, por conducción temeraria. Al agotar sus puntos se ha quedado sin carné. Si quiere volver a conducir tendrá que esperar seis meses, realizar los cursos de reeducación y volver a examinarse.

- Coches de alta gama de alquiler. Siempre con vehículos de alquiler y a velocidades de vértigo. J. I. L., de 54 años y vecino de León, ha sido denunciado 33 veces en más de media docena de provincias. Sus excesos de velocidad son en algunos casos espectaculares: en la A-92 fue pillado por un radar a 166 kilómetros por hora en una zona limitada a 100. En la AP-66, una patrulla de la Guardia Civil le sorprendió a 200 por hora, 80 más de lo permitido. Con sólo estas dos infracciones ya había perdido todos los puntos. De hecho, en diciembre de 2007 se quedó sin carné. La mayoría de sus fechorías las cometía con un Audi A-4 alquilado, aunque también utilizaba un Opel Vectra y un Peugeot 407. En algún caso, como en el del radar que le fotografió a 166, llegó a presentar alegaciones. En marzo de 2008, cuando aún tenía prohibido conducir, volvió a ser denunciado en Valladolid. No consta que siga conduciendo ni que haya recuperado el permiso.

- El 'rey de copas' de Tarragona. Con sólo 24 años, E. M. lidera el top ten de los infractores por consumo de alcohol al volante. Ha sido pillado en nueve ocasiones con varias copas de más. Su deuda asciende a 8.000 euros y ha perdido 57 puntos. Un juez le impuso la obligación de no coger el coche en enero de 2007. No hizo caso, y siguió conduciendo. Hasta que una patrulla le cazó in fraganti, y fue detenido y puesto a disposición judicial.

- Un poquito cada día. M. R. tiene costumbre de pasarse con el acelerador, pero sus excesos de velocidad no superan los 30 kilómetros por hora, por lo que no llega a perder más de dos o tres puntos cada vez. Poco a poco ha consumido 80 y ha adquirido una deuda de 7.500 euros por 38 multas firmes, 31 de ellas por correr más de la cuenta. Esta mujer de Girona, de 43 años, aún sigue conduciendo porque todavía no se ha resuelto el trámite para quitarle el carné. Más de la mitad de las denuncias se produjeron entre las dos y las seis de la madrugada.

- Ironías del carné por puntos. Estar en el ranking de los peores de la carretera no conlleva haber perdido puntos. Un buen ejemplo es el de M. S., una madrileña de 52 años, con 65 multas pendientes y una deuda de unos 10.000 euros. Como las infracciones que comete no están entre las que merman el saldo del carné, ella lo mantiene intacto. Acostumbra a aparcar en vados o en lugares que causan peligro para peatones y conductores. Los puntos tampoco son una preocupación para R. M., un melillense de 31 años, conductor habitual de una motocicleta Yamaha y de un Volkswagen; un clásico para los agentes del centro de la ciudad. Como nunca ha tenido carné sólo ha perdido la licencia de ciclomotor. Tampoco ha saldado ni un euro de su deuda de 37.000 euros por 71 sanciones firmes.

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