Obama suaviza la presión sobre Cuba
EE UU elimina las restricciones para viajar a la isla impuestas por Bush en 2004 - El Senado flexibiliza la normativa de exportación de alimentos y medicinas
En el primer paso significativo dado por el Gobierno de Barack Obama hacia una nueva relación con La Habana, los ciudadanos estadounidenses con familiares en Cuba podrán viajar a partir de ahora más a menudo a la isla, permanecer más tiempo y gastar algo más de dinero. Así lo establece la nueva legislación aprobada por el Congreso de Estados Unidos y firmada ayer por el presidente, que flexibiliza las restricciones impuestas a los estadounidenses para volar a Cuba y elimina las limitaciones añadidas en 2004 por George W. Bush.
Si antes un estadounidense sólo podía ir a Cuba para visitar a sus familiares una vez cada tres años, permanecer un máximo de 14 días y gastar 50 dólares (unos 39 euros) diarios, con la nueva legislación podrá desplazarse una vez al año, efectuar un gasto de 170 dólares y permanecer el tiempo que desee. Bush limitó la definición de familiares a padres, hermanos y abuelos. Ahora la nueva norma extiende esa acepción a primos, sobrinos, tíos y tías, lo que, en principio, supone un número mucho mayor de gente que podrá viajar hasta allí, así como una mayor entrada de dinero norteamericano para el régimen castrista. También se ha flexibilizado la normativa que regulaba las exportaciones de medicinas y alimentos [Cuba importó en 2008 alimentos y productos agrícolas de EE UU por valor de 556 millones de euros].
Washington deja intacto el embargo comercial vigente desde 1962
Las nuevas medidas sobre Cuba forman parte de una ley de extensión de más de 400.000 millones de dólares (unos 313.000 millones de euros) del Presupuesto de 2009, conocida como "ley ómnibus" -porque incorpora diferentes iniciativas legislativas pendientes-, que fue aprobada por el Senado en la noche del martes por 62 votos contra 35.
La flexibilización de los viajes se contempla como un primer paso en el cambio de postura hacia el régimen comunista cubano anunciado por Obama durante su campaña electoral, aunque el entonces candidato a la presidencia no se comprometió a levantar el embargo económico vigente desde 1962.
Pero la nueva normativa no ha sido recibida con entusiasmo por algunos grupos de exiliados cubanos residentes en EE UU, que consideran que "se queda corta". Tampoco ha tenido una buena acogida por parte de los senadores cubano-estadounidenses Bob Menéndez (demócrata de Nueva Jersey), y Mel Martínez (republicano por Florida), que calificó la medida de "equivocada" y lamentó que algo tan importante como la política hacia Cuba haya sido insertada sin más, "sin discusión, dentro de la ley de Presupuestos".
Desde la Fundación Nacional Cubano Americana, basada en Miami, dan la bienvenida a cualquier iniciativa que suponga mejorar la calidad de vida del pueblo cubano, pero consideran que "a través de los Presupuestos estadounidenses no es la manera de ayudar a Cuba". En opinión de Pepe Hernández, presidente de la fundación, lo que Obama debe hacer "es revisar la política global hacia Cuba, como prometió el año pasado durante un encuentro con la comunidad cubana en Miami". En este sentido, Hernández cree que en las próximas semanas, antes de la Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago del 17 al 19 de abril, el presidente de Estados Unidos anunciará una nueva estrategia hacia la isla. En la misma línea, Carlos Saladrigas, copresidente del Grupo de Estudios para Cuba, considera que "esta provisión no significa nada, no va a tener impacto alguno".
Saladrigas cree que la nueva legislación "no descriminaliza los viajes, simplemente le elimina al Gobierno la capacidad de perseguir esta misma actividad criminal". "Lo que se necesita es una orden ejecutiva [decreto] que levante la prohibición de viajar", algo que, según él, y coincidiendo con la Fundación Nacional Cubano Americana, el presidente hará "muy pronto". Ambos dirigentes del exilio confían en que Obama cumplirá sus compromisos electorales.
"Debe cumplir con sus promesas", insiste Saladrigas. "La nueva medida, que va anexa a la ley de Presupuestos e inversiones gubernamentales, expirará en septiembre. ¿Entonces qué?", se pregunta. "Necesitamos algo que funcione a largo plazo, que sea permanente. Lo que se ha hecho ahora se puede leer sólo como un pequeño paso, una pequeña muestra de que no va a haber continuismo en la política hacia Cuba del Congreso. Pero necesitamos medidas más contundentes".
Para la organización Human Rights Watch, el Congreso de EE UU ha dado un paso positivo hacia el desmantelamiento de las rígidas restricciones de viajes, que debería suprimir, opina José Miguel Vivanco, director de la división de las Américas de la ONG. "Las restricciones sobre los viajes a Cuba no han logrado en absoluto producir cambios en la isla", afirmó Vivanco. "Al eliminarlas, EE UU puede empezar a dejar en el pasado su política unilateral e involucrarse con sus aliados en un enfoque más eficaz y centrado".
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