Un estudio alerta de la exposición al uranio en el Polo Químico
Los trabajadores acumulan "dosis significativas" del elemento metálico
Un estudio elaborado por la Universidad de Huelva y por médicos del hospital Juan Ramón Jiménez alerta de "niveles significativos" de uranio 238 (metal pesado) acumulados en el organismo de trabajadores del Polo Químico de Huelva. El estudio, financiado por el Ministerio de Sanidad, analizó en 2008 a 51 trabajadores voluntarios (46 hombres y cinco mujeres) de toda Andalucía que desarrollan su actividad en diferentes áreas de la industria química. Los expertos analizaron en ellos la dosis interna acumulada en las uñas de una selección de metales pesados, entre ellos el uranio 238. De los 32 trabajadores de la provincia de Huelva estudiados, 14 de ellos presentaron dosis significativas del elemento metálico. Todos ellos desarrollaban su actividad laboral en el Polo Químico de Huelva.
El estudio no establece relación alguna entre la presencia de uranio 238 en el organismo y el hecho de trabajar cerca de las balsas de fosfoyesos. Uno de los científicos que han elaborado el informe, Juan Alguacil, aseguraba ayer que el uranio detectado en los trabajadores es "uranio natural" (no enriquecido, como el que se emplea en las centrales nucleares) que es menos peligroso para la salud. No obstante, el investigador precisó que no eran "normales" los niveles detectados en estas personas.
El experto aclaró que el uranio natural puede hallarse en la tierra y si los productos alimenticios "se riegan con agua contaminada por uranio". Al mismo tiempo, Alguacil remarcó, que las balsas de fosfoyesos acumulan "niveles de uranio cinco veces superior que el suelo". En la muestra desarrollada se ha averiguado que "los trabajadores con residencia más próxima a las balsas presentan niveles de uranio más significativos que los que viven más alejados". La Agencia para las Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades de EE UU incluye el trabajo "con abonos de fosfato" entre las fuentes de exposición al uranio.
El informe, que se presentó en el congreso de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria de la pasada semana en Sevilla, tampoco llega a vincular la presencia de uranio 238 en el organismo con el posterior desarrollo de enfermedades, como por ejemplo el cáncer. Numerosos estudios señalan a la comarca de Huelva como una de las zonas de mayor incidencia de algunos tipos de cáncer, como el de pulmón y el de vejiga.
Por otro lado, La plataforma Mesa de la Ría registró ayer en el Congreso de los Diputados las 25.000 firmas recabadas para pedir el cese inmediato de los vertidos de fosfoyesos de Fertiberia y que se trasladen las 7.000 toneladas de cenizas radioactivas que se llevaron allí tras el accidente de Acerinox en Algeciras. La plataforma pide también que se lleve a cabo un estudio epidemiológico para determinar por qué los casos de muerte por cáncer en la ciudad de Huelva superan la media europea.
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