Mucho más que un partido
Liverpool y Madrid, dos colosos de incierto futuro, se juegan su presente deportivo e institucional
Hay partidos de gran calado cuya onda expansiva supera lo deportivo. El que hoy supondrá el debú del heráldico Real Madrid en el templo de Anfield es uno de ellos. En plena transición institucional y tras un curso de trompicones en el campo y los despachos, el duelo marcará el rumbo del club, más o menos pacífico en función del resultado. Una victoria sosegaría el tránsito hasta las elecciones presidenciales, aun a riesgo de que alguno de los que han heredado el cargo se sintiera tan a gusto que quisiera perpetuarse en el alquiler. Una derrota envilecería un proceso ya de por sí tenebroso. Tal es la situación que no sólo no se sabe quién gobernará el próximo verano, sino quién lo hará a partir del 29 de marzo, cuando el supuestamente interino Vicente Boluda se enfrente a la asamblea que en su día, con él de vicepresidente, manipularon entre unos cuantos coristas a sueldo.
En esta situación, el reto deportivo es todavía más crucial. A la vista de los chorreos verbales de Boluda, sólo el equipo puede contribuir a la normalización de la entidad. Para ello tendrá que superar un listón que se le ha resistido en los últimos cuatro años: Juventus, Arsenal, Bayern y Roma le han eliminado sucesivamente en octavos de final. Una tacha considerable para un equipo de semejante graduación. Un Madrid que en Anfield tendrá que apelar de nuevo a la mística relación que históricamente ha mantenido con la Copa de Europa. Algo que descontó en su temerosa apuesta de la ida, cuando su técnico, Juande Ramos, quiso procesar el partido como Rafa Benítez, olvidando así que en el fútbol los estados de ánimo pesan más que la física cuántica.
Ahora, junto al Mersey, Juande recuperará al equipo que le hizo volar durante diez jornadas. El Madrid, con él, no ha podido con sus tres grandes adversarios de la temporada: Barça, Liverpool y Atlético. De vuelta Pepe, que se perdió dos de esos tres encuentros, la defensa se titulariza y Lass y Gago regresarán al dique en detrimento de Guti, al que presumiblemente Juande dejará en el banquillo. Marcelo y Robben, como en la ida, tendrán carrete por los costados y sin Huntelaar, castigado por el despiste burocrático de Mijatovic y sus funcionarios, Raúl e Higuaín serán los delanteros. Con ellos, el Madrid intentará remontar por segunda vez en su historia un 0-1. De las cuatro veces que se vio exigido, sólo lo logró en la Recopa 1970-71 ante el Wacker Innsbruck, austriaco.
Enfrente, un Liverpool que un año más se ha descolgado de la Premier, cuya última conquista se remonta a 1990, y con Benítez -con Riera de baja por sanción y Benayoun enfermo, tiene las dudas de Arbeloa y Fernando Torres- más cuestionado que nunca por los propietarios del club. Por ello, para la entidad liverpooliana, pese al fervor que despierta el técnico español entre la apasionada y costumbrista afición local, la cita con el Madrid también puede ser movediza.
Así están dos instituciones que suman 14 Copas de Europa, algunas levantadas en la última década. Hoy es mañana y sólo cuenta el presente: tan trascendente en lo institucional como en lo deportivo.
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