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Vuelta de los octavos de la Liga de Campeones

Fútbol y ajedrez

A los dos entrenadores les gusta que la pelota les obedezca a ellos más que a los jugadores

José Sámano

Éstas son algunas de las claves que pueden condicionar el encuentro entre dos equipos con muchas dudas, algunas bajas y dos entrenadores empeñados, sobre todo Rafa Benítez, en que la pelota les obedezca más a ellos que a los futbolistas. He aquí varios de los condicionantes de su partida de ajedrez.

- Arbeloa y los recambios postizos. Por mucho que Benítez haya afiliado a un pelotón de jugadores desde su llegada, el Liverpool no tiene muchas respuestas en cuanto el andamio se resiente por algún lado. Basta comprobar que la posible baja de un jugador de clase media como Arbeloa puede trastocar el equipo por completo. Benítez no cuenta con otro lateral derecho y cualquier remedio será postizo. Carragher es una opción, pero al chico no le gusta la idea y tiene altavoz en el vestuario. Si jugara como escolta por un costado, Hyypia, a sus 35 años, sería el central junto al eslovaco Skrtel. Con el finlandés, el Liverpool ganaría pujanza en el juego aéreo, pero se vería más paquidérmico en su área. Hyypia nunca fue un velocista. Si, como ha ocurrido en algún partido, es Skrtel quien se inclina al costado, el equipo recurriría a sus centrales de hace una década: Carragher y Hyypia. Benítez también ha experimentado alguna vez con Mascherano en ese puesto lateral. Por ejemplo, en el último tramo del penúltimo encuentro liguero, el que perdió ante el Middlesbrough, y de inicio en el último, el que ganó al Sunderland. El técnico madrileño teme que, sin su defensa derecho titular, Juande Ramos oriente a Robben hacia ese lado.

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- Fabio Aurelio y la coronilla de Kuyt. Tan robotizado está el Liverpool que sus salidas desde Reina están milimétricamente preparadas en el Pentium de Benítez. Si el portero español caza la pelota sin que el equipo contrario se haya ordenado, la vía de escape es mediante un zapatazo suyo en dirección a la coronilla del holandés Kuyt, que, con sus muelles en los tacos, suele cazar casi todos. A la peinada acuden Fernando Torres y Gerrard, una amenaza que no existió en Chamartín, con el ex rojiblanco media hora cojo y el capitán en el banquillo por una lesión. La otra puesta en escena, cuando el rival ha tenido tiempo de ajustarse en el tablero, se produce con un servicio con la mano o el pie de Reina hacia el lado izquierdo, por donde se mueven Dossena o Fabio Aurelio, que articulan mejor el juego que Arbeloa. Además, la intención es que el punto de partida sea la banda izquierda para que la jugada finalice por la derecha, por donde acuden Kuyt, Gerrard o Babel. Si hoy finalmente no se recuperase Torres, lo más probable es que Kuyt fuera el ariete y su compatriota Babel el interior por la derecha. Con Kuyt de interior, el Liverpool pierde toque y gana a un estajanovista. Esta temporada siempre ha jugado mejor cuando el holandés se ha ido del medio campo en beneficio de Benayoun, esta noche baja, cuya arquitectura agradece el equipo. Con la vuelta de Gerrard, el peligro a balón parado se multiplica. El capitán monopoliza todos los lanzamientos.

- Guti y la espalda de Xabi Alonso. Todo apunta a que Juande no contará de inicio con Guti en favor de Lass y Gago. Más dique y menos geometría. Los dos madridistas perdieron en la ida su duelo con Xabi Alonso y Mascherano. La presencia de Guti no sólo encendería las luces de un equipo que necesita imaginación, sino que pondría en alerta a los dos pivotes de los reds, que tendrían que vigilar los pases filtrados del madridista. A falta de Huntelaar, a espaldas de Xabi y Mascherano, como ancla de Higuaín y los centrocampistas, podría descolgarse Raúl, con lo que el Madrid tendría superioridad en el eje. En el Bernabéu, Raúl e Higuaín fueron siempre un referente para los centrales del Liverpool, que, como a la mayoría de sus colegas de línea, les altera el sistema nervioso medirse con delanteros que llegan sin una hoja de ruta fija, no con aquéllos que viven permanentemente a su lado y a los que pueden superar en el combate físico.

- Anfield y la fiebre. Al Madrid no le convendría anestesiar el juego como hizo en el primer asalto. A su rival le encanta imponer su cadencia; no sentirse obligado al vértigo, sometido por un encuentro febril que pueda agrietarle las líneas y sacarle de su cartesiano manual. Son muchos los partidos que el Liverpool ha ganado con su pedaleo. También el Madrid, pero hoy está más exigido por su marcador en contra. Benítez no cambiará el molde. Juande tendrá que mover ficha, lograr que el equipo tenga desde el inicio el grado de excitación que le faltó ante su hinchada. Quizá la mística y los decibelios de Anfield puedan jugar a su favor.

Fernando Torres y Reina, en la última sesión preparatoria del Liverpool.
Fernando Torres y Reina, en la última sesión preparatoria del Liverpool.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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