50 toneladas de una roca se desploman sobre dos viviendas
A Chiclana de Segura (Jaén) se le conoce como el pueblo troglodita. Su casco urbano, de poco más de 1.100 habitantes, está encaramado a los pies de una gran peña y muchas casas se han construido aprovechando las oquedades de ese monumental pedrusco. Pero la gran roca que preside el pueblo es también una amenaza permanente para el barrio más alto. Ayer, cuando todavía estaba amaneciendo, dos piedras gigantes, una de ellas de casi 60 toneladas, se desprendieron cayendo sobre dos cocheras y dos viviendas, una de las cuales quedó prácticamente destrozada.
Por fortuna, no hubo desgracias personales (sólo hubo que rescatar a una persona mayor que quedó atrapada entre los escombros de su hogar), pero el susto fue monumental por el estruendo que resonó en todo el pueblo. Otra docena de vecinos de casas colindantes fueron desalojados ante el temor de que caiga otra piedra que está colgando.
El alcalde de Chiclana de Segura, Santiago Rodríguez, dijo que las abundantes precipitaciones del invierno, unido a las altas temperaturas de los últimos días, han hecho que la roca se seque y se resquebraje. No obstante, serán técnicos del departamento de Minas de la Junta los que decidan si se precipita la caída de esa piedra con una explosión controlada o bien se fija con un mallado.
La historia de Chiclana está ligada a la gran roca que culmina la atalaya de más de 800 metros sobre la se erige este pueblo de la comarca de El Condado, mirador privilegiado de las sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, Sierra Morena y hasta la granadina Sierra Nevada. Pero en 1809 la historia se tiñó de tragedia, pues el desprendimiento de otro pedrusco sepultó a 10 vecinos. Desde entonces, la roca ha ido desquebrajándose y ha dado no pocos sustos a los vecinos. Ayer sin ir más lejos.
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