Cambio de referencias
La crisis que afecta a la economía española no va quedar reducida a un año. Es previsible que España no vuelva a crecer a un ritmo sostenido hasta que se absorba la mayor parte del exceso inversor llevado a cabo durante estos años. La tasa de inversión sobre el PIB deberá situarse por debajo del nivel de equilibrio a largo plazo. Pero, además, entre hoy y hace un año, ha habido un cambio notable en relación al deterioro económico esperado en el entorno exterior.
Países considerados ejemplos a seguir por parte de las instituciones y organismos internacionales han experimentado caídas de la actividad en el cuarto trimestre iguales o mayores a la habida en España (un -1% trimestral). Suponer en el contexto actual que su recuperación va a ser rápida es, precisamente, eso: un supuesto. Estar expuesto al crecimiento económico de China o al desarrollo tecnológico de un sector financiero globalizado es bueno, mientras crezcan. Si no, no se diferencian del ajuste que tenga que tener lugar en cualquier otra área geográfica o sector.
No podemos esperar crecer gracias al tirón de otros, debemos salir por nuestro propio empeño
A medida que se ha ido conociendo durante el otoño el deterioro que va a tener lugar en España en los próximos semestres y el impacto que éste va a tener sobre las finanzas públicas, el diferencial de rentabilidad exigido al bono soberano frente a Alemania ha ido aumentando. Esta tendencia ha sido generalizada entre los miembros del área euro. A comienzos de este año, la prima de riesgo exigida a la Deuda española se ha situado a medio camino entre varios de los estados con la máxima calidad crediticia de la eurozona y del escalón inmediatamente inferior. Por ello, la decisión de una agencia de calificación crediticia de rebajar el rating soberano no ha supuesto, del todo, una sorpresa. No obstante, las tensiones sobre la sostenibilidad de las cuentas públicas y, por ende, de la calificación crediticia, no son exclusivas a España.
Aunque exista un retardo entre la probabilidad de impago que cotiza el mercado a un estado y su calificación crediticia, cabe recordar que de todos los planes de ayuda adoptados entre septiembre y octubre, Irlanda echó el órdago a la grande: si tiene que emplear efectivamente el total de fondos que ha comprometido pasaría a tener una deuda igual o mayor a la de Italia (superior al 100% del PIB). Por su parte, el instituto nacional de estadística de Reino Unido ha anunciado que probablemente sea preciso considerar ya el pasivo de RBS, Lloyd's y del resto de instituciones financieras bajo control público como deuda del Estado, con lo que ésta también superaría el 100% del PIB.
El deterioro de las perspectivas de crecimiento de la demanda nacional en España en el corto y medio plazo es notable y probablemente dentro de poco el ejecutivo acabe teniendo que inyectar capital en entidades de crédito. Pero, con los acontecimientos que han tenido lugar en el último año y medio, ha habido un cambio en nuestras referencias. No podemos esperar crecer gracias al tirón de otros. Es momento de salir por nuestro propio empeño. -
Carlos Maravall y Miguel Arregui son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.